XIX. Sorpresa.

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Los días siguientes pasaron bastante rápido entre trabajos, el nuevo calendario de entregas y su mano recién liberada. Llevaba dos semanas en rehabilitación y gracias a sus genes de Omega, el quiropráctico le había dicho que dos o tres sesiones más y su mano quedaría como nueva. Ya no necesitaba de la ayuda de su esposo al bañarse ni de sus amigos para comer o terminar sus trabajos, pero se dejaba consentir por ellos sobre todo por Jungkook.

El menor tenía casi seis meses de embarazo y su barriga había crecido un poco, tenía un pequeño baloncito en su vientre y Taehyung adoraba tener su mano ahí, Jungkook parecía llevarlo bien con las náuseas matutinas; de hecho, él no era quien las sufría.

—Entonces, ¿Yoongi hyung está sufriendo de los malestares del embarazo mientras tú solo tienes mucho calor? —volvió a preguntar Taehyung mientras terminaban de comer, ni Jin ni Hobi habían podido ir a comer con ellos a su cafetería deseada, así que sólo eran ellos dos.

—Sep —Jungkook tomó un sorbo de su frappé y sonrió algo malévolo—. Me parece justicia divina, si me lo preguntas.

Taehyung se rió con ganas.

—Opino igual, aunque es extraño... Cuando mamá estuvo embarazada de mí, ella sufrió casi seis meses de náuseas y vómitos mañaneros y nocturnos. Pero cuando Jin estuvo embarazado, Nam fue el que sufrió las náuseas matutinas... —se quedó pensativo unos segundos—, ¿tendrá algo que ver porque mi mamá era Alfa?

Jungkook tomó otra papita frita, comiéndosela pensativo. Taehyung hizo una mueca con sus labios, tomando de su propio frappé.

—La verdad no tengo idea... creo que es algo que deberíamos preguntarle a Han Joo, el esposo de Sonya.

—Oh, buena idea. La próxima vez que haya una fiesta familiar, les preguntaré.

—O puedes acompañarme a mi cita de mañana y así le preguntamos a mi ginecóloga.

Taehyung enarcó las cejas.

— ¿Yoongi hyung no irá? —preguntó sorprendido. Jungkook hizo un puchero con sus labios y negó con la cabeza.

—No puede. Tiene un viaje a Japón, que de hecho también irá con Jimin, ¿recuerdas?

Taehyung imitó el puchero de su amigo y se hundió en su asiento.

—Ugh, se me había olvidado. Jimin se irá mañana y el miércoles, aunque Yoongi deberá quedarse más días —miró con algo de vergüenza a su amigo—. Perdón por eso.

Jungkook chasqueó la lengua.

—No hay problema. El trabajo de Jimin es solo ir a firmar unas cosas, nada más. El de Yoongi es más complicado.

—Quién lo manda a ser el CFO de la editorial —intentó bromear Taehyung, haciendo reír a Jungkook.

—Mira, te disculparé el alejarme de mi esposo una semana solo si hasta que vuelva Jimin me quedo contigo y mañana me acompañas a mi cita con mi doctora.

Taehyung rodó los ojos.

—Sabes que diré que sí, daah.

—Bueno, solo decía, déjame en paz. Y ya, come, que se hace tarde y hay que hablar con nuestros maridos para que no se preocupen de más.

—Pero si tú empezaste a decirme de cosas.

—Yaa, come, rápido.

Ambos Omegas se sacaron la lengua con gracia y terminaron de comer. Volvieron a la editorial riéndose y haciendo planes de qué comer y qué películas ver, justo como cuando vivían juntos.

A (Un) Married StoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora