44: El escape

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Opening

Con la mañana recién empezada, todos se encuentran en el comedor principal desayunando. No hay huéspedes esta semana, por lo que están hablando de cosas que los humanos no podrían oír. Suena la campana que indica que se abre la puerta principal y Hannon y Rina son las primeras en acercarse, imaginando que sería Luchia. Sin embargo, las dos se quedan de piedra en la puerta al ver, sí a Luchia, pero de la mano de Kaito.
Luchia:¡Hola! Lo siento por preocuparos, Kaito ya me ha dicho que os tuve con la aleta en un puño.
Hannon:¿Kaito?
Rina:¡Luchia! Ven aquí. (Da un paso para acercarse a ellos y tira del brazo de su amiga hasta alejarla de Kaito. Luchia mira todo confundida)
Hannon:¿Tú quién eres?
Kaito:¿Cómo que quién soy? ¿Os habéis olvidado de mí en el rato que he salido a poe Luchia?
Hannon:¡Gaito! ¡Corre, ven!(grita asomando la cabeza en el comedor, a lo que el monarca Panthalassa obedece, seguido por unos cuántos más. Nadie da crédito a ver al pelirrojo)
Luchia:¿Qué está pasando, chicos?
Rina:Kaito fue capturado por Nayeli.
Luchia:¿Pero qué estás diciendo? Si está ahí, ha venido a buscarme a la playa.
María:No puede ser él. ¿Quién eres, impostor?(Crea cristales de hielo flotando sobre sus manos, dispuesta a atacarlo al más mínimo movimiento)
Kaito:¿De qué estáis hablando? Soy yo, Kaito. ¡Hermano, ayúdame!(todos llevan la mirada a Gaito, quien hace brillar su símbolo Panthalassa y ante este reacciona el de Kaito, brillando por igual)
Gaito:Es... Es él. Es Kaito, es mi hermano. De verdad es él. (se acerca a Kaito con paso dubitativo y lo abraza)¿Qué ha pasado? ¿Cómo has vuelto?
Kaito:Yo... No lo sé, no sé de qué me estáis hablando.
Izul:¿Kaito, cuánto hace que Luchia partió?
Kaito:Fue ayer. ¿Por?
Luchia:He estado una semana fuera. Me reuní con el consejo de sirenas del Índico y luego ayudé a organizar catres en el palacio, como medida preventiva a un ataque en cualquier reino. (Ella misma se aleja aún más de Kaito, confundida, pegando su espalda al pecho de Lixto, quien la abraza por detrás de forma sobreprotectora)
Kaito:¿De qué estáis hablando? No entiendo nada.
Hannon: Nosotros tampoco.
Gaito:Pasemos al comedor de nuevo, seguro que tienes hambre, hermano. Así hablamos todo bien.
Kaito:Ahora que lo dices...
Todos entran al comedor y sirven desayuno para los recién llegados.
Gaito:Tenemos que asegurarnos de que estás bien, hermano. Si no recuerdas lo que ha pasado esta semana, nosotros tampoco podemos saberlo.
Nagisa:En eso puedo ayudar yo, ya que al final no ayudé ayer. Con algunas de las algas que os sobró puedo hacer un ungüento para que sane cualquier herida que pueda tener, tanto física como psicológica. Yo ya he acabado, así que voy a prepararlo.
Gaito:Muchas gracias, Nagisa. Las algas y algún coral que sobró estan en la nevera.

Pasado el desayuno y la cura, en casa de Kaito
En el salón están sentados los dos hermanos mientras que todos los demás se han quedado en el hotel. Gaito está encendiendo una consola conectada a la televisión cuando Kaito habla, sobresaltandolo.
Kaito:Hermano... ¿Te suena alguna historia sobre nuestro tío? Algo sobre cómo acabó tan mal la guerra contra las sirenas cuando nosotros nacimos.
Gaito:¿Cómo sabes eso?
Kaito:No lo sé. Simplemente tengo un recuerdo dando vueltas en mi cabeza, pero es confuso.
Gaito:Intenta borrarlo de tu mente, solo te traerá preocupaciones. Algo así no volverá a pasar. Nunca.
Kaito:¿Cómo puedes estar tan seguro?(el mayor se sienta en el sofá al lado de Kaito y apoya la mano en su rodilla en un gesto tranquilizador)
Gaito:Lo sé porque cada vez estamos más unidos a las sirenas, somos aliados y eso no va a cambiar en un futuro próximo.
Kaito:¿Y si...? ¿Y si entregase a Luchia al enemigo?
Gaito:¿Lo harías? ¿Porqué? Es más, ¿te ves si quiera capaz de algo así?
Kaito:¡No! Claro que no.
Gaito:Pues olvídalo. No le des más vueltas y juguemos. Todos estamos muy nerviosos, sobretodo después de lo que ha pasado esta última semana.
Kaito:Sí, claro... Eso será.
Kaito evita la mirada de su hermano y coge el mando de la consola para jugar juntos. Al rato, Kaito se marea y decide acostarse. Gaito se queda jugando con la voz de la televisión baja por si necesitase algo.
Kaito se duerme rápidamente pero entra en una pesadilla.

El príncipe, con su ropa Panthalassa, se encuentra en medio de una oscuridad pesada. Un haz de luz se ilumina frente a él y en este se materializa Nayeli. Ella lo mira con superioridad, cruzada de brazos y bate las alas generando un aire que hace desequilibrar a Kaito y acaba cayendo de culo en un suelo tan negro como todo lo demás a su alrededor.
Nayeli:Por mucho que escapes físicamente, sigues siendo mi prisionero. Harás lo que yo te ordene.
Kaito:No, no puedes obligarme.
Nayeli:Claro que sí.(Luchia, en su aspecto de sirena, aparece delante de ella, a la distancia exacta para poder cogerla del cuello con el brazo.)¿O quieres verla morir?
De pronto, Kaito está sujetando una espada y se abalanza contra Nayeli, quien pone el cuerpo de Luchia a modo de escudo, haciendo que Kaito la hiera a ella.
Nayeli:¿Ves? La historia está destinada a repetirse. Una y otra vez. (la escena se repite, viendo como Kaito hunde la espada en el torso de su amada)Una y otra vez.
Sin darle tiempo a reaccionar, vuelve a repetirse la escena, entrando en un bucle inacabable. Con la única diferencia de que Nayeli se aparta lentamente de los amantes, observando satisfecha como el joven Panthalassa va rompiéndose a cada estocada.
Kaito:¡Para! ¡Haz que pare! ¡Luchia!(El símbolo de su frente se ilumina, haciendo más notables las lágrimas que surcan su rostro. La espada desaparece y él sostiene a Luchia entre sus brazos, malherida y desangrándose.) ¡No! No, esto no puede ser real.
Nayeli:Lo será dentro de poco. Ahora despierta y sé consciente de tu misión: entregarme a la princesa de la perla rosa... O acabar con su vida.

Ending

Mermaid Melody Pichi Pichi Pitch No estamos a salvo [ACTUALIZACIÓN LENTA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora