Acto 9, parte 3: Sobre ropa vieja

654 80 27
                                    


El chileno se preguntaba que había hecho mal para que México lo abandonará tan cruelmente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El chileno se preguntaba que había hecho mal para que México lo abandonará tan cruelmente. Se supone habían salido de compras, por primera vez sin su padre, y ahora su hermano se había comportado muy pesado.

¿Qué tenían de malo sus compras? Le gustaba el negro y necesitaba nuevas playeras sin hoyos, fue una decisión sencilla. No comprendía porque el mexicano se la pasaba preguntándole de colores y texturas, ni de porque lo forzaba a entrar a los probadores para "dar su opinión".

Si su padre se enteraba que dejo a México solo, seguro le cortaba la cola. Resignado, salió en su búsqueda, entrando a las tiendas y mirando a su alrededor, tratando de localizarlo sin éxito.

-¡México!- grito en los probadores, esperando una respuesta que jamás llego.

Se estaba empezando a cansar y preocupar. Podría haberle marcado por teléfono, pero ninguno de los dos tenía crédito.

Volvió a entrar en una tienda que ya había visitado, pues sería la segunda vuelta al centro comercial. Se prometió que, si no encontraba a su hermano omega quimera, iría con Argentina para que este le marcará a su padre.

-¡México! ¿Estás aquí?-

-¡Voy!- Por fin. Chile respiro con alivio al escuchar esa voz.

-¡Vale! ¡Te espero afuera!

-¡Si!- sonaba apurado, más el chileno no le dio importancia.

México salió con algunas de sus plumas revueltas y con aire preocupado.

-¿Todo bien?

-Sip, todo bien, todo correcto jaja- parecía muy nervioso.

-De acuerdo- Chile noto que estaba actuando muy raro- ¿te lo vas a llevar?- pregunto señalando el manojo de ropas del mexicano.

-N-no-

-¡México por dios! Deja de ser tan indeciso. Si no quieres gastar tu dinero solo dilo, pero ya vámonos, tengo hambre y te estuve buscando por horas ¡Dame esto!

-No, Chile, espera- más hizo oídos sordos. Llevo las prendas al mostrador y siguió discutiendo con México, quien pedía parará, mientras la cajera continuaba marcando las prendas.

-Tome- La serpiente prácticamente azoto el dinero en el mostrador, tomo la bolsa de papel que contenía las prendas del mexicano y salió de ahí a pasos agigantados.

-¡Chile!-

-¡De nada! Ya cállate weon, no puedo tolerar tus chillidos- no se detuvo y continuo caminando hasta la zona de comida rápida- Ahora ve por algo porque me muero de hambre.

Su hermano águila lo miro indignado, nervioso y algo asustado, pero hizo lo que le pidió.

-So-solo no veas mi ropa- pidió en un susurró. 

Nuestro veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora