Acto 21, parte 2: Nada sale bien

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-Bienvenido, ¿mesa para uno? Diga que sí, porque no tenemos muchos asientos

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-Bienvenido, ¿mesa para uno? Diga que sí, porque no tenemos muchos asientos.

-Este... ¿está la señorita, ejem, la señora Francia?

-¿Para qué o qué?- preguntó el gato, mirándolo de pies a cabeza.

-Es... privado- respondió el toro–león.

-Ajá, ¿y quién es usted?- lo cuestionó el mesero.

-Solo dígale que alguien viene al colegueo, por favor- España miró a todos lados mientras hablaba, esperando que su hijo no apareciera. Amaba a Perú, pero el niño era incapaz de leer en ambiente y mucho menos de ser discreto.

-Un segundo. Si gusta, puede tomar asiento aquí.

-Esperare afuera, gracias.

Japón sonrió para después salir casi que corriendo.

-¡Perú-kun! ¡Perú-kun! ¡Perú-kun!

El pequeño niño alpaca agitó sus manos para secarlas, pues venía saliendo del baño de empleados.

-¿Qué pasa?- preguntó entre asustado y ligeramente molesto por la forma en que Japón lo arrastraba a las repisas donde tenían las cosas de limpieza.

-Es... uf...- el japonés trataba de recuperar el aliento- Es... ¡el señor UK!

-¿Quien?

-¡El señor UK!

-Repito, ¿quién?

-El esposo de Francia-sama.

-Ah...

-¿Cómo que "ah"? ¿Cómo que "ah"? ¿Siquiera sabes de quién hablo?

-La verdad es que no.

-Oh vamos, ¿no sabías que su esposo es quien le pagó el restaurante? ¡Es dueño de la mitad del centro comercial!

-Suena muy importante... Espera, ¿y cómo sabes que es él?

-¿Quién más diría la palabra "colegueo" sino un inglés?

-Pero colegueo no es inglés...

-Y es más joven de lo que creía. Oh Dios, debo disculparme con Francia-sama, siempre creí que se había casado con un viejo aguado por el dinero...

-Disculpa no aceptada.

Japón pegó tan gatuno y alto brinco que terminó en los hombros del peruano, haciendo que perdieran el equilibrio y cayeran al suelo, con una montaña de escobas, trapeadores y bandejas sobre ellos.

-Vaya, resulta que no tengo meseros, sino ratas cuchicheando en los rincones- la humana realmente parecía molesta.

-¡Lo siento mucho, Francia- sama!- el gato se puso de rodillas y pegó la frente al suelo repetidas veces- ¡Fue una falta completa de respeto! ¡Lo siento mucho! ¡Jamás volveré a decir nada! ¡No me despida! ¡Francia- sama!

Nuestro veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora