Una vez más se encontraba en el Upside Down, una vez más se encontraba inmovilizado en la casa de Víctor Creel.
Nancy y Robin estaban atadas igual que él.
—¡Nancy! ¡Robin! —las llamo, y una vez más no lo escuchaban, ambas tenían la cabeza gacha y sus cabellos cubrían totalmente sus rostros.
—Steve. Steve. Steve. Ellas no pueden escucharte ¿Qué no es obvio?
En su campo visual aquella figura atroz volvió a aparecer.
Eddie le sonreía sardónicamente, mientras se acercaba lentamente a las chicas.
—Déjalas en paz ¡No las toques!
La mitad de su rostro era prácticamente inexistente, no tenía labios, sus dientes estaban completamente al descubierto, le faltaba el ojo izquierdo y su mejilla derecha era tan solo un colgajo de piel podrida y sanguinolenta.
Tenía garras en lugar de dedos y podía ver como su corazón palpitaba dentro de su pecho debido al agujero que había en él.
—¡Nancy! ¡Robin! —insistió, tal vez si las llamaba más fuerte ellas escucharían.
—Steve, ya te lo dije, no pueden escucharte. Ni verte. Ni hablarte ¿Sabes por qué? Porque ya están muertas. Yo las mate como tú me mataste a mí —Eddie levanto la cabeza de Nancy, dejándole ver que el rostro de la chica no existía, era una calavera corroída y podrida.
—Y ahora, Steve, es tu turno de pagar.
Despertó con un grito ahogado, temblando, su corazón latía desbocado y apenas podía controlar su agitada respiración, además de qué tenía el estómago revuelto.
Se levantó de la cama, pateando las sabanas y las cobijas, y corrió al baño.
Prendió la luz y se dejó caer frente al excusado, vomitando la cena de aquella noche. En su mente aún persistía aquella espantosa imagen. El rostro deformado de Eddie y el inexistente de Nancy.
Una mano fresca, prácticamente helada, se apoyó en su frente, apartando su cabello de su campo visual y de su rostro.
—¿Estás bien? —la voz de Eddie resonó a sus espaldas, haciéndolo estremecer y que otra oleada de vomito se apoderara de su esófago y su garganta, impidiéndole hablar.
—Okey, okey, eso responde a mi pregunta. Está bien, sácalo todo, te hará sentir mejor.
—Lo siento —exclamó con voz estrangulada, antes de volver a vomitar una vez más.
—Está bien, no pasa nada, no es la primera vez que ayudo a alguien mientras vomita.
La fría mano de Eddie en su frente, más que sentirse incomoda, era como un bálsamo, refrescando su caliente rostro debido al esfuerzo que había hecho al vomitar.
La mano de Eddie en su frente se asemejaba a la brisa fresca en verano.
Se mantuvo un momento más frente al excusado, seguro que no iba a continuar vomitando, intento incorporarse, sus piernas temblaban y se sentía demasiado débil como para lograrlo por sí mismo.
—Está bien, está bien, yo te ayudo, hazlo con calma —Eddie lo ayudo a levantarse, podía sentir sus largos dedos clavándose en su cintura, aferrándolo con firmeza.
Se lavó la boca, sus piernas aun temblaban, débiles, y por instinto se aferró al hombro de Eddie, quien en ningún momento había soltado su cintura.
—Sea lo que sea que hayas soñado, ha de haber sido una mierda espantosa —murmuró el pelilargo, mientras lo ayudaba a caminar.
—Lo fue. Y fue aún peor porque tú estabas ahí.
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Bite Me
FanfictionEstaba muerto. Hacía tres meses que estaba muerto, e incluso, en el cementerio, había una tumba con su nombre. Tenía que estar volviendose loco o entonces ¿Por qué veía a Eddie en todas partes? ¿Por qué lo veía todas las noches parado a los pies de...