Bite Me

20

La mirada de Eddie sobre su persona era casi taladrante, su piel comenzaba a picar, su corazón latía con fuerza y sus manos estaban húmedas a causa del sudor. Los nervios lo estaban carcomiendo.

Había sido una pésima idea invitar a Jacob. 

Una pésima, pésima idea.

—Hey ¿Todo bien? —susurro Jacob en su oído. 

—Sí, creo. Voy por otra cerveza. 

Se levantó, tomando otra lata, era la tercera que se bebía en poco tiempo, y no se sentía ni un cuarto de lo ebrio que deseaba estar en ese momento. 

Deseaba estar lo suficientemente ebrio como para no recordar ni un solo momento de esa noche. Olvidar completamente ese encuentro, los nervios y la vergüenza que sentía en ese momento.

Deseaba ser tragado por la tierra y escupido en el Upside Down, al menos allí no tendría que pasar por aquella situación. 

—Y Jacob, si no vendes drogas entonces ¿Qué haces? —quiso golpear a Argyle. De verdad que quiso hacerlo. No le caía mal, pero cuando estaba drogado o borracho, Argyle no controlaba su boca o su cerebro. 

—Principalmente soy motero. Soy parte de Los HellAngels.

—¿Eres parte de una pandilla? —pregunto Eddie, mordaz.

—No. Somos un club de moteros que en el verano se dedica a recorrer el país, y el resto del año trabajamos como cualquier persona normal. 

—¿De qué trabajas? —Jonathan sonaba realmente interesado en Jacob.

—Aunque no lo parezca, doy clases de música en una escuela pública en Fort Wayne.

—Vaya, realmente no lo esperaba. 

—Sí, todo el mundo se sorprende. Siempre esperan que sea delincuente o mecánico o ese tipo de cosas solo porque luzco así. Creo que eso es algo que Eddie entiende a la perfección. 

—Sí, lo hago. 

—¿Y cómo te uniste a Los HellAngels? —preguntó Nancy.

—Más que unirme yo, ellos me hallaron a mí y me unieron al club. Estaba en mi primer semestre de universidad, tenía apenas 18 años, era el bicho raro de la universidad y entonces conocí a Kevin, el "fundador" de los HellAngels. Me invito a unirme al club, con la condición de que para el verano debía haber aprobado todas mis asignaturas y tener arreglada una Harley Davidson FLH 1340 Electra Glide de 1980. Y lo hice. Hace 5 años que estoy con ellos y es genial. Recorrimos gran parte del país con nuestras motocicletas, ahora buscamos ir al sur y tal vez a la costa oeste. Aunque la gente siempre nos ha juzgado por nuestra apariencia, cada vez que llegamos a algún pueblo nos temen, creen que vamos a corromper a sus hijas y vandalizar las calles. 

—Eso en verdad es una mierda —murmuró Robin.

—Lo es, pero es lo que toca por hacer lo que me gusta. A pesar de todo, no cambiaria absolutamente nada sobre mi vida. 

Se dejó caer junto a Jacob, siendo rodeado una vez más por su brazo. 

—¿Y en dónde conociste a Steve? —Nancy, tan curiosa como siempre. 

—En un antro. Nada importante. Este chico estaba solo en la barra y me acerque a conversar. 

—Sí, y a los dos segundos tenías tu lengua en el fondo de su garganta —Robin sonreía, burlona, malvada. 

—Bueno, esos son detalles menores que no tienen importancia querida Robin. 

—Pues no parecía un detalle menor ese día.