Bite Me

18

Estaba molesto ¿Quién rayos era ese tipo y por qué se tomaba tantas confianzas con Steve? Además ¿Quién se creía para recordarle la deplorable situación que había vivido siendo un fugitivo de la ley? Está bien, el tipo tenía buen gusto musical, y debía admitir que la chaqueta de cuero de su club de motos le quedaba muy bien, pero ¿Quién se creía para llevarse a Steve de esa manera? 

Bufo, saliendo por la puerta trasera de Family Video. Por culpa de ese tal Jacob no había podido siquiera disfrutar el concierto de Metallica del 84.

Camino por las calles de Hawkins sin rumbo alguno, hasta que se le ocurrió ir a visitar a la única persona que nunca lo juzgaría y probablemente le ayudaría con su problema.  Sin mencionar que, de todo el grupo de mocosos, era la más madura. 

Llegó al hospital un rato después, y entró, sonriendo encantadoramente. 

Se acercó a la recepción, dónde la misma amargada mujer de la última vez estaba sentada. 

—Buenos días mi lady, vengo a visitar a Maxine Mayfield.

La mujer enarco una ceja —¿Nombre?

No había funcionado ¿Cómo era posible? Ninguna persona se resistía al encanto Munson. 

—Edward Munson. 

La mujer tomó una planilla que descansaba sobre su escritorio. 

—No estás en la lista —ladro, dedicándole una acusadora mirada. 

—Oh vamos Mavis, mi bella y adorable Mavis, déjame pasar a ver a la pequeña y dulce Maxine —le dedico su sonrisa más encantadora.  

La mujer rodo los ojos, tomo una pegatina identificatoria, garabateo algo y se la pego en el medio de la camiseta —Puedes pasar, pero que no te vea rondando por los pasillos porque hare que te echen muchacho. 

—Oh gracias mi lady —hizo una ridícula reverencia, y se dirigió a los ascensores. 

Subió al tercer piso y caminó directo a la habitación de Max. Entro sigilosamente, solo para encontrar que la pelirroja estaba sola ¿Qué acaso no era el turno de Nancy para cuidarla? ¿O era el turno de Robin? No lo recordaba. 

—Toc, toc —murmuró, sonriendo. 

—¿Quién es?

—Eddie. 

—¿Eddie quién? 

—Eddie, el vampiro más cool de todo Hawkins. 

Se acercó a la cama, dejando que la pelirroja tocara su rostro. Ella sonrió, feliz. 

—¿Qué haces aquí?

—Tomando en cuenta que la primera y única vez que vine a verte acabe en prisión, quería volver a verte. 

—Oh si, Lucas me hablo sobre eso. 

—Sí, ahora soy total y completamente inocente y libre ante la ley. 

—Eso es genial Eddie. 

—Lo es, lo es y oye ¿Quién se supone que está cuidando de ti?

—Robin, pero ha bajado por algo de comer ¿Por?

—Oye pelirroja, estaba pensando... ¿Te gustaría jugarle una broma a Robin?

—¿Una broma? ¿Cómo cuál?

—Una donde desapareces mágicamente de la habitación. 

Max rio, asintiendo, divertida —Sí, estoy en ello. 

—Bien, solo espérame un momento. 

Salió de la habitación, asegurándose que no hubiera nadie en el pasillo, y tomó una silla de ruedas de las tantas que había en el pasillo.