Extra 2

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Observo los ingredientes que descansaban sobre la mesada de su cocina.

Tenía absolutamente todo para comenzar a cocinar, pero le faltaba la receta y quedarse completamente solo en casa.

Era el cumpleaños de Eddie y quería preparar un bonito pastel para el pelilargo, solamente tenía que sacarlo de la casa y para eso tenía la ayuda de su pequeña cómplice.

—Lizzie, mi cielo, ven un momento por favor.

La niña no tardo en despegar su vista de la televisión y correr hacia la cocina.

—¿Sí papi?

—¿Recuerdas lo que hablamos el otro día? ¿Nuestra misión tan importante? Bueno, es momento de comenzar con ella.

La niña lo observo, sonriendo y asintiendo enérgicamente.

—Está bien papi. Inicia la misión cumpleaños. 

—Ya sabes lo que tienes que hacer cariño.

Elizabeth corrió directamente hacia la puerta de su cuarto, tocando suavemente antes de entrar.

Sonrió, al verla colarse dentro de su habitación y desaparecer tras la puerta.

A sus cinco años, la niña era sumamente inteligente y perspicaz, además de su innegable tenacidad y determinación.

Sin mencionar que era simplemente bellísima, con un suave, largo y ondulado cabello castaño y unos enormes ojos color chocolate.

A la gente de Minden no le importaba en lo absoluto que dos hombres fueran los padres de una niña.

Los canadienses eran personas realmente abiertas, para ellos era normal que dos hombres o dos mujeres caminaran por la calle tomados de la mano o se besaran en público.

La puerta de su cuarto se abrió, dando a paso a unos muy abrigados Eddie y Elizabeth.

—Stevie, vamos a ir al bosque un rato, no tardaremos —Eddie se agacho, alzando en brazos a Lizzie.

—Está bien, cuídense. Yo tengo un par de cosas que hacer.

Elizabeth le sonrió, victoriosa.

Una vez que padre e hija desaparecieron por la puerta de entrada, comenzó con su trabajo.

La misión pastel de cumpleaños había comenzado.

Eddie nunca había compartido tan valiosa información con él, según el pelilargo no valía la pena y durante un largo tiempo no supo cuando era el natalicio de su esposo.

Hasta que un día logro hacerse con la identificación del pelilargo.

La tarjeta de plástico rezaba 25 de Febrero de 1966. 

Ese día Eddie estaría cumpliendo 28 años.

Suspiro, era momento de comenzar con el pastel, pero ¿Cómo rayos se hacía un pastel?

O sea, no es que no supiera, pero nunca había cocinado un pastel desde 0. Siempre había utilizado aquellos pasteles de caja en donde solo tienes que ponerle huevos y leche.

Tomo el teléfono, llevándolo a la cocina y marcando un número que se sabía de memoria.

—¿Diga?

—¿Nance?

—¡Steve! ¿Cómo estás?

—Uhhm bien. Verás, hoy es el cumpleaños de Eddie y me gustaría hacerle un pastel. 

—Oh eso es genial. Mándale un saludo de nuestra parte ¿Y qué necesitas?

—Bueno, sonará tonto, pero no sé cómo hacerlo. Siempre hice los que vienen en caja, ya sabes, los que solamente tienes que ponerles huevos y leche. 

Bite MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora