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Steve dormía acurrucado contra su pecho. Había sido una larga noche planeando como atacarían a Kas. 

Habían sido demasiadas ideas, algunas mejores que otras, pero todavía no sabían qué hacer con los hipnotizados, así los había llamado Dustin cuando Steve comento que sobre los vampiros bajo el control mental de Kas, si bien eran vampiros, seguían siendo personas que las habían transformado involuntariamente y estaban allí sin saberlo. 

Pero todos habían llegado a una conclusión, de ser posible no los matarían a menos que el peligro fuera inminente. 

Nancy sería la encargada de conseguir el armamento necesario e incluso había comentado algo sobre un lanzallamas ruso.

Suspiró, aunque quisiera, no podía olvidarse de lo que Kas le había mostrado. La mayoría de esas imágenes involucraban a Steve de una u otra forma

Y cada vez que cerraba los ojos, volvía a ver todo aquello. Volvía a ver a Steve muriendo de formas horrendas y agónicas. 

Había un montón de aspectos de sí mismo que aun desconocía y que aún estaba descubriendo como, por ejemplo, que podía sentirse nervioso o ansioso, era distinto a cuando era humano, pero eran sensación que estaban allí y si estaba seguro de algo, era de que si tenía que morir, lo haría con tal de que Steve estuviera bien y a salvo. 

"Eddie... Eddie" Aquella molesta voz en su cabeza otra vez. Otra vez intentando meterse en su mente. 

—Déjame en paz. 

"Oh vamos muchacho. Tengo una propuesta que hacerte"

—Ya sal de mi puta cabeza, déjame en paz. No quiero escuchar ninguna propuesta. 

"Está será una propuesta interesante. Si te unes a mi voluntariamente, no volveré a molestar a tu noviecito, dejare de jugar con su cabeza"

—También deja de jugar con la mía y pensare en tu propuesta. 

"Eso no sería posible"

De un momento la habitación desapareció y una vez más estaba en el Upside Down.

Frente a él estaba Steve, intento acercarse, pero cada vez que lo intentaba el castaño se alejaba cada vez más.

De repente, vio cómo su cuerpo se elevaba en el aire, sus huesos comenzaban a romperse y sus ojos sangraban. 

Igual que Chrissy, Patrick y Max.

—No es real. Esto no es real ¡Sal de mi cabeza! ¡Sal de mi maldita cabeza! ¡Voy a matarte! ¡¿Escuchaste?! ¡Te encontrare y te arrancare la cabeza!

—¿Eddie? ¡Eddie! ¡Eddie! ¡Eddie! —la voz de Steve sonaba por todas partes. 

Cerró los ojos con fuerza y al abrirlos se encontró frente a frente con su novio, quien lo observaba asustado. 

—¿Qué paso? Eddie háblame. 

Le acaricio la mejilla, acunando su rostro entre sus manos y finalmente lo estrecho entre sus brazos, abrazándolo con fuerza. 

—Estás bien. Estás bien.

—Sí, lo estoy ¿Eddie qué pasa?

—Se metió otra vez en mi mente. Dios. Ese hijo de perra.

—¿Qué viste?

—No quieres saberlo. 

—Eddie. 

—Me hizo a verte a ti. En el Upside Down y... Y me hizo ver como morías igual que Patrick y Chrissy. Me hizo ver como se te rompían los huesos y te sangraban los ojos. Quiero matarlo. Voy a arrancarle la cabeza ni bien tenga la oportunidad. 

Bite MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora