22

3.2K 373 119
                                    

Las cosas se habían puesto jodidas, si, un cuerpo había aparecido a orilla del Lago Lovers con la mordida de un vampiro. Lo que significaba que él no era el único vampiro en Hawkins, pero ni siquiera eso le impediría tener su cita con Steve.

Ahora 4 pares de ojos, bueno, tres y medio, estaban centrados en él.

Se sentía algo ridículo, pero en verdad necesitaba ayudaba.

—Así que, quieres llevar a Steve a una cita —Robin repitió sus palabras.

—Si. Es exactamente lo que dije. Y francamente no estaba en mis planes pedirle ayuda a dos mocosas de 14 años, la ex novia del chico que me gusta y su cruel mejor amiga, pero en verdad estoy desesperado.

—Bien, tranquilo, nosotras vamos a ayudarte —Nancy le sonrió. En verdad la chica Wheeler era tan dulce y ruda al mismo tiempo que realmente lo había dejado maravillado.

—Lo siento, pero yo nunca he estado en una cita —murmuro Once, sonrojada.

—¿Que? ¿Mi hermano nunca te ha llevado a una cita? Ese niño idiota —Nancy lucia escandalizada.

—No. Nunca hemos tenido una cita.

—Bien, cuando terminemos de ayudar a Eddie, te ayudaremos a ti.

—Eddie ¿Has pensado en algo? —pregunto Max, quien no había soltado su mano en ningún momento.

—No. Maldición. Nunca fui romántico. Nunca pensé en tener una cita con alguien. No sé qué se hace en estos casos.

—Por suerte para ti, Conde Drácula, Steve es una persona bastante simple y romántica —murmuró Robin. 

—¿Ah sí? ¿Cómo lo sabes?

La rubia rodo los ojos —Es muy fácil de adivinar Eddie. Por dios, en su auto tiene un compilado de los más grandes éxitos de Air Supply, Foreigner, Lionel Richie, Madonna, Elton John, Queen, Tears For Fears. Y sin mencionar que su sueño más grande era viajar en una caravana con seis niños como si fuera la familia Ingalls. 

—Ya, lo capto. Entonces ¿Qué hago? 

 —Dios, no escuches a Robin, lo que vas a hacer es buscar un bonito lugar, grabaras una cinta con sus canciones favoritas, buena comida, buena bebida y listo —finalizo la pelirroja. Max lo hacía ver tan sencillo. 

—Lugar bonito, canciones favoritas, buena comida y buena bebida. Lo tengo ¿Y luego qué? 

—No lo sé, hablen, bésense, o lo que sea.  No es como si yo haya tenido demasiadas citas. 

—Bien, bien ¿Nancy? —esperanzado observo a la castaña, a la espera de alguna sugerencia. 

—Lo que dijo Max está bien, para ser la primera cita es correcto. Puedes agregar un bonito ramo de flores si lo deseas y algún postre. 

—Ramo de flores y postre. Lo tengo. 

—Y creo que eso es todo. Si surge alguna otra idea, te avisamos, ya puedes irte —Robin prácticamente lo estaba echando. 

Salió del hospital con toda la información que las chicas le habían dado. Francamente no habían sigo de gran ayuda, pero era un comienzo. 

Camino tranquilamente por las calles de Hawkins pensando en lo que podría hacer para su cita, se detuvo frente a una de las pocas tiendas de música que había en la ciudad, allí colgada había una guitarra, suspiró, si tan solo tuviera su guitarra con él probablemente podría tocarle algo a Steve, pero no podía porque su bebé estaba en la casa de su tío, y no podía ir allí por obvios motivos. 

Bite MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora