꒷🕯️꒷
En penumbra
ASTER
Algo estaba pasando. Lo supo en el instante que Heller lo encerró en una réplica exacta de su casa. Ese era él y esas eran sus cosas.
Pero, al mismo tiempo, ese no era él y esas no eran sus cosas.
Había puesto el lugar patas arriba, los libros por todas partes, las lámparas rotas y las cortinas hechas jirones. No tenía nada más que hacer, y la impotencia gobernaba en él.
La irritante criatura que lo abandonó en esa versión de su casa, no había hecho acto de presencia aún, cuando él permitió a su mente traer al presente lo único que podía haber molestado tanto a Heller.
El mismo demonio que noches antes hizo todo para recuperarlo, era el mismo que lo hizo dormir a saber cuánto tiempo, antes de esconderlo del mundo.
O esconder al mundo de él.
No hubo ningún sonido de puerta al abrirse o pisadas de un cuerpo aproximándose. El rey del infierno solamente apareció detrás de Aster, sin hacer ruido.
—Debes sacarme de aquí —le insistió al borde del colapso.
Su madre debía estar pensando lo peor de él.
Que hui
Me secuestraron
Me uní al ejército
Cualquier cosa podía pasar por la cabeza de alguien que desconoce una situación. Jane Hayes no lo dejó salir o hablar con alguien nunca, ni si quiera podía acercarse a los miembros de la iglesia.
Él se dio cuenta de la razón hacía mucho, pero no estaba listo para afrontarlo, y no lo estaría probablemente nunca.
Haber cortado todo lazo con la familia de su madre, mudarse de un día para otro, después de que su madre y su abuelo tuvieran una discusión monumental que terminó en su madre empacando todas sus cosas por la madrugada, y tomando un tren a la ciudad más alejada por la mañana.
A partir de su llegada a Heldel, creyó que continuaría su vida en la que salía a jugar con sus amigos al parque, iba a la biblioteca a leer todos los cuentos de dragones y princesas encerradas en torres, y volvía a casa para cenar con su familia.
Pero de todo eso se tuvo que olvidar.
No podía quejarse. Su madre tampoco la pasó bien. Desprenderse de la familia, aunque sea una como la Hayes, debía ser duro. Sin embargo, eso no evitaba que él extrañara de vez en cuando hablar con otras personas, ir a la biblioteca y tener una familia con la cual compartir la mesa.
Incluso podía decir que extrañaba a sus primos. Lo que era mucho decir, considerando que ninguno era de su edad y estaban siempre más ocupados con los amigos que sí lo eran.
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Una ofrenda temerosa ©
Teen Fiction«Si un demonio te dice que eres el único que puede controlarlo; ordénale que regrese al infierno y deje de atormentar tu ciudad» ꒷🕯️꒷ No hay vergüenza más grande para un demonio que ser invocado por desconocidos que lo abandonan encadenado en una i...