030. Sueños con presagios

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Sueños con presagios

NYX

La criatura envuelta con la tela negra arremetió contra él, pero no para derribarlo. Lo envolvió entre sus brazos y lo atrajo hacia sí. Había más de una cabeza y un par de cuernos cobrizos de diferencia entre ellos.

Intentó escuchar los latidos del corazón de la criatura cuando no le quedó más remedio que pegar su mejilla a la rígida frialdad del pecho contrario. Sin embargo, no encontró ni latidos ni movimiento, era como estar siendo abrazado por un muro, uno con tanta fuerza como para hacer que le faltara el aire.

Probó moviéndose de un lado a otro, las piernas no le respondieron, luego levantó las manos, pero tampoco le respondieron; la orden mental ahí estaba, la disposición también, lo que faltaba era la ejecución.

Se sentía parte de la realidad y ausente a ella al mismo tiempo, como existir y no hacerlo al mismo tiempo.

La criatura se movió, con el ruido de un rugido apenas audible, se aproximó tanto a su rostro que por fin estuvo seguro de algo en esa situación. No se trataba de un monstruo.

Lo que sea que tenía en frente no era un animal, al menos no lo parecía; con una sonrisa ladeada de la que sobresalían los bordes de un par de colmillos tan blancos que le devolvían el reflejo de su rostro consternado.

No podía distinguir nada más que esa sonrisa, los colmillos y los cuernos de antes, la tela espesa que cubría a la criatura era oscura. Poco a poco comenzó a desvanecerse.

Primero la túnica y al final la sonrisa, dejando en el aire la pesadez de su anterior presencia, acompañado del ardor en los brazos, allá donde ese extraño abrazo había tocado.

.

.

Esa no era la primera vez que soñaba con esa criatura. Se despertó con el corazón acelerado y sudor en la frente, el cabello se le pegaba a la piel.

Reconoció la habitación en la que se encontraba, pero no recordaba cómo llegó ahí. La última vez que estuvo despierto, lo rodeaban las paredes negras de la estancia en la que Belial lo dejó.

«Hablando de él, ¿dónde mierda se metió ahora?»

Si Belial no estaba a su lado al despertar significaba que se había perdido más historia de la que su estómago podía procesar.

Había sido secuestrado por súcubos y llevado a la cueva más oscura del infierno, técnicamente estuvo muerto, al menos en la tierra lo dieron en estado de coma. Al despertar estaba en un hospital recibiendo baños de esponja por una enfermera a la que a duras penas consiguió salvar de las posesivas y despiadadas de Belial.

Una ofrenda temerosa ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora