꒷🕯️꒷
Inquietud
NYX
No le temía al demonio que salió por la puerta de la biblioteca con cara de querer matarlo. No podía hacerlo.
Su lista de prioridades era encabezada por Belial, su propio príncipe demonio que había sido engañado por Heller. Necesitaba encontrarlo antes de que fuera tarde.
Regresó a casa de sus padres la misma tardes después de su extraño encuentro con Heller.
Aster, su mejor amigo, seguía en su lista de prioridades. Necesitaba encontrarlo también, porque Heller era capaz de hacer cualquier cosa.
Con tal de vengarse.
La casa de su padre al final de la calle lo recibió con un silencio que lo alertó de que algo pasaba. Encontró a la esposa de su padre, esa mujer que intentó acercarse a él una única vez, pretendiendo ser el soporte que él necesitaba, y lo había abandonado tras la primera vez que recibió un castigo.
Ninguna de esas personas le importaba. En contra de lo que Heller y Belial creían de Aster y él; no se conformaban, no estaban bien con el hecho de ser abusados con sus padres, y no habían permanecido de brazos cruzados.
Era una completa locura, pero confiaba lo suficiente en lo que sentía por Belial. Quería encontrarlo antes de que Heller llevara a cabo lo que sea que tenía planeado.
En Heldel comenzó a esparcirse la noticia de que un mal los asediaba. Ese mal convivía con él y con Aster desde hacía casi tres meses.
No se arrepentía de nada de lo que había hecho, estaba en su derecho de actuar de la única manera que le quedaba. Usó cada fuerza e intentó de todo antes de llegar a ese resultado.
Cada vez que vio de lejos a su amigo, entrando a la iglesia cuando no quería, siendo encerrado por su madre o agachando la cabeza porque no le permitían hacer nada más que ir a la escuela y estudiar en su casa; todas esas ocasiones justificaban la decisión que tomó.
Y el desastre en el que se convirtió.
Belial lo había dejado en la casa de los demonios justo antes del amanecer. Sentía aún vibrante el último beso que compartieron. El demonio sin corazón, al menos en la proporción oscura en que podía hacerlo, sentía algo por él.
Se acercó a la oficina de su padre, ese lugar que detestaba y le producía ganas de vomitar.
Dio dos toques ligeros a la puerta, y se arrepintió de su decisión al hacerlo.
Escuchó la voz desde el interior que le permitió pasar. Nada más cruzar el umbral se sentía como si volvieran a sujetarlo con grilletes y lo tomaran del cuello.
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Una ofrenda temerosa ©
Teen Fiction«Si un demonio te dice que eres el único que puede controlarlo; ordénale que regrese al infierno y deje de atormentar tu ciudad» ꒷🕯️꒷ No hay vergüenza más grande para un demonio que ser invocado por desconocidos que lo abandonan encadenado en una i...