Carter.
—¿Cómo que acuchillada en medio del campo? —pregunta Kelsi con horror—. ¿Se puede saber qué parte de mi mensaje se puede interpretar como algo remotamente parecido?
Me encojo de hombros.
—¡Yo qué sé! Fuiste demasiado escueta. Me olía raro.
—Menos mal que no te metiste a la policía.
—¿Es porque soy demasiado precavido?
—No, porque tienes un olfato pésimo para los crímenes.
Jay tiene que hacer unos trámites hoy en el ayuntamiento, así que tenemos la clínica para nosotros solos. Estamos sentados en las butacas cómodas de su despacho; en algún momento tendremos que ponernos a trabajar, pero la situación de Kelsi amerita una primera fase de cotilleo.
—Bueno... ¿cómo fue? —inquiero.
—¿Antes o después de que intentara acuchillarme?
Arrugo la nariz.
—Kelsi, no es gracioso.
—Has empezado tú. Y fue... bien, supongo, dadas las circunstancias. No iba a ser cómodo. Al principio, creía que me iba a desmayar cuando le viera después de tantos meses. Al fin y al cabo, la situación es surrealista a más no poder.
—Lo es. ¿Qué te dijo al llegar?
—Llegó supercortado —dice—. No sabía qué hacer con las manos y era como si tuviera miedo de saludarme, así que nos sentamos en un banco. Nunca había visto a Logan de esta forma; cuando trabajó con nosotros, siempre desprendía muchísima confianza. Anoche apenas se mantenía en pie.
¿Soy mala persona porque no me dé lástima?
—Comprensible, también te digo. Si os diera la gana, podríais regalarle unas vacaciones en la cárcel.
—Sí, pero... no sé, parecía muy arrepentido.
—O es muy buen actor.
—No te creas. Me contó toda la historia, y sus lágrimas no parecían de cocodrilo. Y me pagó todo lo que se llevó en metálico. Creo que lo ha pasado muy mal los últimos meses.
Decido darle el beneficio de la duda.
—¿Qué tal está su madre?
—Bien, recuperada. Pronto podrá incorporarse al trabajo.
—Lo que no entiendo es... ¿por qué no os pidió el dinero?
Pone cara de que no me gustará lo que me va a contar.
—Cuando echó los currículums en varios negocios para trabajar, ya tenía pensado que iba a quitar billetes de las cajas registradoras, lo cual explica por qué los datos que teníamos de él eran falsos. No fue algo que decidiera sobre la marcha.
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Off-shore | ©
RomanceCarter Davis sólo tiene una cosa en mente: aprovechar las vacaciones de verano para olvidar a su ex. Ha alquilado una habitación individual en la residencia de la Universidad de San Diego y planea pasar las próximas semanas surfeando y llorando hast...