No sé en que momento me volví un espía, ni tampoco sé la razón pero solo había algo en mi cabeza en ese momento.
Encontrarle un buen trabajo a Jeno.
No tenía idea del por qué lo hacía, pero odiaba verlo sentado en el sofá viendo documentales de estafadores que quien sabe, tal vez en la soledad se convierta en uno.
El solo pensarlo me ponía la piel de gallina.
Él no lo haría, ¿No?
Me parecía buena idea encontrarle algún empleo que fuese relacionado con no mostrar la cara. Sonaba un poco... mal, pero era lo de menos. Tener trabajo era lo importante.
Busqué al menos cinco páginas en línea, trabajos a tiempo parcial, tiempo completo. Nada llamaba mi atención y podía jurar que a Jeno no le gustaría ser un recolector de pelotas en el juego nacional de tennis.
Decidí rendirme. Quizás no era lo mío, tal vez debía inmiscuirme en mis asuntos y no velar demasiado por los demás, pero, algo muy dentro de mi creía que Jeno necesitaba ayuda. Aunque yo no fuese nadie para brindársela, no era necesario usar palabras.
"Trabajo de medio tiempo (repartidor de comida)"
Presioné el botón de enter, adentrándome a la página de KFC.
¿A Jeno le parecería una buena idea trabajar en un local de comida?
¿Sabrá andar en moto?
¿Demasiado arriesgado?
Opté por ninguna de las opciones y solicité el trabajo. Solamente esperaba que no me matara. Porque el no lo haría.
Espero.
A la abuela le gustaba preparar kimchi, en cualquiera de las temporadas del año. Pero su favorita sin duda era el invierno. Para ella no existía nada mejor que un poco de picante para ablandar el frío que nos helaba debajo de los pantalones.
La ayudé lavando las hojas de repollo, ignorando las miradas inquisitivas de la abuela que creía que en cualquier momento se me caería la bandeja de las manos. La dejé sobre la tela que habíamos tendido en el patio y corrí a lavarme las manos.
Lo demás era trabajo de ella. La abuela detestaba que metiera las manos en la comida porque era un total fracaso. Aunque creo que cocinando no estoy tan mal. Logro freír bien un huevo después de tres intentos, es un avance.
Corrí hacia mi habitación, ignorando totalmente el frío que me recorrió la espalda en el instante en que entré a la casa. Abrí el computador, fijándome en las notificaciones del correo electrónico. Encontrándome con la grandisima sorpresa de que había conseguido el empleo. Esto totalmente con el nombre y los datos de Jeno. Él estaría feliz.
No tenía su número de teléfono y tampoco ninguna de sus redes sociales. Solamente su correo electrónico.
¿Quién usaba el correo para comunicarse?
Le mandé un mensaje, informándole sobre su nuevo trabajo y lo que le esperaba. Si no sabía utilizar la moto, había la opción de una bicicleta. Solo esperaba que fuese rápido o la comida se le enfriaría.
Me dirigí nuevamente hacia mi abuela, confirmando que todo estuviese bien y no le molestara demasiado el tobillo lastimado. Le había comprado una pomada la otra tarde, pero no había querido aplicársela. Ella dice que es de hierro.
Ya lo creo yo.
Le ayudé a lavar los platos sucios y las bandejas, esquivando todos los golpecitos que me quería dar en la espalda por haber dejado algunos rastros de comida en ellos. Le serví un vaso de agua al terminar. Debe haberse quedado exhausta. Le encendí también el televisor para que pudiera distraerse un poco en lo que yo hacía mis tareas.
ESTÁS LEYENDO
Black - Nomin
FanfictionNomin Jeno vive perturbado luego del asesinato de su hermano menor, buscando por sí solo, algunas pruebas contundentes que pudiesen dejarlo libre de ser el primer y único sospechoso del caso. Pero conoce a Jaemin, quien con sus secretos decide ayuda...