Capítulo 26.

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Jeno

Lo único que podía escuchar era el tintineo de las llaves golpeando contra la manilla de la puerta. Me sentía entre la espada y la pared, teniendo en cuenta la obligación por la cual me encuentro en este lugar. Hace bastante tiempo en realidad, Jaehyun había dicho que esto podría llegar a pasar nuevamente, teniendo en cuenta de que aún sigo siendo un sospechoso. A decir verdad, no me preocupa demasiado, supongo que simplemente dejo que las cosas fluyan.

Como Jaemin dijo.

Es graciosa la manera en que las cosas dieron un giro inesperado. Como si no quisieran verme con las comisuras de la boca curvadas hacia arriba en una sonrisa. Me quieren aquí. Tras las rejas.

Llevaba esperando en el interrogatorio al menos treinta minutos, al parecer nadie quería preguntarme. O quizás, nadie se atreve.

Había logrado zafarme de las garras de los policías con una simple coartada, aunque las personas siguieran sospechando de mi.

Cuando lo miré a los ojos, pude ver el dolor reflejado en ellos. La marca del desliz de sus lágrimas sobre sus mejillas, la manera tan enfermiza que tenía de batear sus pestañas cuando intentaba retener los sollozos. Ese era él.

Jaemin.

Confiaba en él con la misma parte de mi que me pedía tener cuidado. Sentía que me arrastraba hacia el fondo del océano, pero en realidad no quería salir de allí. Me gusta la oscuridad, me gusta la sensación de mojado sobre mi, rodeando y empapando la piel suave. Podría pasar bajo el agua por horas, si eso significaba evitar convertirme en una pasa después.

Que me mintiera sobre su relación con MinHyung, no fue precisamente lo que me había molestado. Si no la razón del por qué me había ocultado las cosas. ¿Realmente no confía en mí? Puedo llegar a ser un poco molesto e insistente, supongo que esa podría ser mi bandera roja de: "No te me acerques" Tenía leves sospechas sobre mi mismo, sobre si podría aguantar las ganas de abalanzarme sobre él, ya que me hacía perder la paciencia con solo un pestañeo.

La razón no era la palabra "Gustar" La razón era tan simple como querer escapar. Sus problemas y dificultades me hacen querer huir de la realidad, enfrentarme a un mundo mucho más difícil que este, teniendo en cuenta que seríamos sólo los dos. Porque lo necesito. Necesito sentirme como si tuviese un camino que seguir cuando claramente no tengo ninguno. Me gustaría seguir propósito e idear planes de fin de semana. Me gustaría salir a correr por las mañanas y no tener la alarma colocada a las 3 y media de la tarde. Podría hacer tantas cosas si simplemente me lo propusiera...

Pero era débil. Era débil a los cambios e ideales que no encajaban con lo que siempre planeé como la vida "perfecta" porque no tenía la menor idea de lo que era la perfección. Simplemente deseaba crear el cajón cerrado bajo llave y no dejar entrar a nadie. Tener un pequeño secreto entre dos personas y regañarnos mutuamente cuando a uno se le escapa una pista.

Podía imaginar escenarios por el resto de mi vida, y sin embargo sabría que ninguno está en la lista de cumplidos.

El nombre de mi vida debería ser el fracaso.

Cuando YoonOh entró por la puerta, hice un amago de intentar descifrar que era lo que deseaba contarme. Sus ojos me lo demostraban.

- ¿Sabes por qué estás aquí? - hubiese preferido una pregunta diferente para empezar.

- Si.

- ¿Tienes algo que decir al respecto?

- Si, muchas cosas. - sabía que habrían más personas espiando nuestra conversación por la ventanilla del interrogatorio, pero en realidad no era eso lo que me preocupaba. - Prometí jamás volver a pisar esta sala.

Black - NominDonde viven las historias. Descúbrelo ahora