Capítulo 27.

144 15 21
                                    

Jaemin

El repiqueteo constante de sus dedos golpeando la taza de cerámica, me mantenía en sintonia con las ganas de echarlo de mi casa. DongHyuck no era una persona cercana ni tampoco un amigo o alguien a quien quisiera conocer. Sin embargo, le había dado el permiso de entrar y también le había ofrecido una taza de té. Y por si fuera poco, no era cualquier té, era mi favorito.

DongHyuck había querido tomar unos sorbos antes de comenzar a hablar. A decir verdad no estaba muy interesado pero por alguna razón, podía sentir que la información que se aproximaba, iba a cambiarlo todo completamente.

- Espero que de verdad tengas algo que decir y no hayas entrado a mi casa para hacerme cosas extrañas. - rompí el silencio. Sus ojos me escanearon como una pequeña ardilla. Dejó la taza de lado, tomando toda mi atención.

- No es lo que piensas. - levanté una ceja. - De verdad es importante y me costó mucho poder pararme frente a ti y decírtelo.

- Aún no me has dicho nada.

- Lo sé.

Si esta conversación iba a llevarnos a algún punto, esperaba que fuese pronto.

- Yo crecí aquí, en Inchon. A decir verdad, no fue una infancia acogedora. Mis padres peleaban todo el tiempo y cuando papá murió, supongo que una parte de mi también lo hizo. Pero hubo alguien que lograba sacarme algunas sonrisas, haciendo que olvidara cada cosa que me dañaba.

Entrecerré los ojos en su dirección. Intentaba repasar la información en mi cerebro pero no entendía en que momento nos habíamos hecho tan cercanos como para que me contase su vida.

- Tenía nueve años cuando lo entendí. Tal vez era muy pequeño, pero mamá siempre dijo que era demasiado maduro para mí edad. Lo que tenía de maduro, también lo tenía de tímido y reservado. Jamás me gustó jugar con los niños en el parque y tampoco me gustaban las multitudes. - noté como su expresión comenzaba a cambiar. - Pero tenía un hermano. Él siempre estaba ahí para mí y prometimos hacerlo siempre. Aunque alguien nos separó. Esperé muchos años para volver y me decidí a encontrarlo para poder cumplir la promesa de hace algunos años.

Comenzó a acercarse a mi más de la cuenta, haciéndome retroceder un poquito, golpeando el respaldo de la silla. Seguramente en estos momentos las ojeras las debía de tener más marcadas que antes, y a la distancia en la que nos encontrábamos, podría confirmarlo.

- Por eso estoy aquí.

Me quedé en silencio. Completamente en silencio. Mentiría si dijera que había entendido más de la mitad de su anterior oración, pero la verdad es que no le estaba prestando atención.

- Supongo que estás impresionado. - no escuché ni una palabra de lo que has dicho. - Lo entiendo, yo también lo estaría en tu posición. Pero debes entender que todo esto lo hice por ti. - fruncí el ceño. ¿El qué? - Volví para poder estar contigo y cumplir nuestra promesa.

- Creo que estoy un poco confundido en estos momentos. - le hice saber negando un poco con la cabeza. - DongHyuck, creo que estás teniendo una idea equivocada. No estoy interesado en ti.

Su risa me descolocó.

- Y gracias a Dios que no. Sería extraño viniendo del hecho de que somos familia.

...

Espera, ¿he oído bien? ¿familia?

- DongHyuck - le llamé en un susurro. - yo... no estoy interesado en casarme.

- Creo que no fui lo suficientemente claro.

¿Tú dices?

- Jaemin - retrocedí un poco más. - mi verdadero apellido es Na. Na DongHyuck. - parpadeé como un loco. - Somos hermanos.

Black - NominDonde viven las historias. Descúbrelo ahora