— ¿Te puedes detener un poco? — le pedí en voz alta para que todo el mundo pudiese escucharme, ya que parecía hacer caso omiso a todo lo que decía. — ¿Dónde vas?
Al detener la vibración del teléfono en mi bolsillo, pensé que podría resolver la conversación que habíamos dejado incompleta hace unos minutos atrás, pero Jeno no tenía la intención de hacerlo.
Y tampoco entendía porque habíamos terminado en la casa de Jisung. Otra vez.
Miré a Jeno por sobre su hombro. Su perfil perfecto y los labios fruncido que tantas ganas tenía de sacarle del rostro, esos eran los labios que me maldecían y seguramente él no sabía que yo me daba cuenta.
— ¿Se puede saber que hacemos aquí-...? — me tiró hacia abajo con su mano alrededor de mi boca, impidiendo que soltara algunas otras palabras más. Quedamos de cuclillas al suelo. Miré a Jeno frente a frente, esperando algún tipo de reacción por parte de él pero simplemente me devolvió la mirada. Pidiéndome que guardara silencio con un dedo sobre sus labios. Asentí. Quitó la mano de mi boca y me relamí los labios por el leve contacto al rozar mi pierna. — Jeno — lo llamé en voz baja. Miré por sobre su hombro, con la mueca seguramente más aterrorizada. — hay alguien detrás tuyo... — gemí por lo bajo arrastrando los pies por el piso, causando que el sonido, alarmara a la sombra que yacía por detrás de él.
Jeno salió corriendo para poder perseguirlo, y yo sentía como mi corazón temblaba por las ganas de salir corriendo pero a mi casa. Seguí a Jeno, quién corría detrás del encapuchado, me dolían las piernas y mi respiración comenzaba a dificultarse.
¿Se trataba de Jisung? Pero si fuese él, no tendría razón para taparse el rostro con la capucha de la sudadera, ya que esa era su casa. Me golpeé internamente también, si me hubiese quedado quieto, no se habría enterado de que estábamos justo a su lado. Tal vez si debería quedarme en casa, esto no era exactamente lo mío. Pero tal vez practicar un poco, no estaría mal.
Me encontraba a varios metros de distancia de Jeno, pero realmente mis piernas y cuerpo entero, no daban más. Me dolía la garganta y me había comenzado a picar, intenté frenar mis pasos pero me encontré con una piedra en el camino, logrando que me cayera de rodillas al piso. Solté un quejido, observando la tela del pantalón rasgado y dando leves soplos para disminuir el ardor. Esperaba que Jeno siguiera, pero no lo hizo. Frenó escuchando el impacto y se acercó a mi lado, mirándome desde arriba con las manos en las caderas.
Lo había arruinado, otra vez.
— Jeno, debes ir. — sería muy malo perderlo de vista. — ¡Síguelo!
Su pecho se inflaba intentando regular la respiración. Se colocó de cuclillas, dándome una mirada tenue que no comprendí pero debe estar odiándome.
— Jeno, de verdad...
— ¿Quién se resbala con una piedra? — me miró por sobre su flequillo rosa. — Por tu culpa lo perdimos.
Me removí cuando intenté erguirme.
— Lo siento, pero deberías haber continuado solo. — quité la mirada de mi pierna adolorida para poder verlo directamente a los ojos. — Debería haberme ido cuando comenzaste a ser un idiota.
— Si, — levanté una ceja. ¿Si? — debiste.
Sin pedir permiso, me apoyé en su hombro para poder levantarme. Corrí el fleco de mi cara hacia el costado, pasando las manos por el abrigo y la parte trasera de mi pantalón.
— Tranquilo. — murmuré. — Mañana intentaré observar su reacción, me debe haber visto también.
— No. — solté un bufido por la respuesta.
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Black - Nomin
FanfictionNomin Jeno vive perturbado luego del asesinato de su hermano menor, buscando por sí solo, algunas pruebas contundentes que pudiesen dejarlo libre de ser el primer y único sospechoso del caso. Pero conoce a Jaemin, quien con sus secretos decide ayuda...