Capítulo 13.

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Jamás pensé que uno de mis primeros recuerdos con Jeno, sería el de estar comiendo helado junto a Shotaro. Sentados a las afueras de la tienda de convivencia, en silencio, como si solo fuéramos los tres en todo el mundo.

Y lo más divertido de todo, era que Jeno había pagado por ellos.

— ¿Recibiste tu primer pago?

— En realidad, la propina. — asentí feliz.

Creo que fue una buena elección. Jeno a trabajador de medio tiempo como repartidor de comida del KFC.

¿Quién lo diría?

— ¿Trabajas, hyung? — Shotaro llevaba su helado de crema en la mano, con las comisuras de la boca manchadas por los restos.

Jeno asintió en su dirección.

En realidad había quedado exhausto después de correr por más de treinta minutos. Y es la verdad era que, Jeno era increíblemente veloz. Me alcanzó al segundo y no pude pillar a nadie después de eso. Shotaro y Jeno se burlaron de mi con sonrisas triunfadoras e incluso parecían haber hecho equipo con el niño que no dejaba de parecerme lo más tierno del mundo entero.

— Jeno, ¿Has oído sobre lo de rapear para conseguir comida gratis del KFC? — pregunté entusiasmado. Shotaro también se veía interesado y nos volteamos a mirarlo. — ¿Lo has hecho?

— Si. — contestó relajado. — No.

Mi sonrisa se esfumó por el gran ánimo de Jeno, que claramente se veía demasiado feliz con el helado a medio terminar. Dejé de prestarle atención para conversar con Shotaro.

— ¿Cómo están tus padres?

— Bien. Papá trabaja duro, — sonreí por inercia. — pero han estado demasiado preocupados buscándome una niñera. — curvó sus labios en un puchero que no evitó que se me entristeciera el corazón.

— ¿Niñera? ¿Tan de repente?

— Si. Mamá logró conseguir trabajo, así que ya no tienen a nadie quien me cuide. — llevó su helado a la boca.

Y ahí fue cuando mi cerebro logró hacer click. ¡Este era el click que necesitaba en mi vida!

— Shotaro — me apresuré a decir. — Olvídalo, diles a tus padres que ya dejen de buscar a alguien para que te cuide. — Jeno me miró con el helado aún en la boca. — ¡Yo podré ser tu niñera!

Los ojos de Shotaro se iluminaron de la manera que quería, amplió su sonrisa de oreja a oreja, logrando que el helado ya no fuera una de las mejores cosas del día, si no él.

— ¿De verdad, de verdad? — asentí feliz. — ¡Gracias, Jae! Correré a decirles.

Agradecí que Shotaro se emocionara por ello, en realidad, me ponía feliz solo de verlo. Al contrario, Jeno a mi lado parecía anonadado. Sus ojos pasaron de mi cara, hasta al principio de mi sudadera y así por al menos tres veces.

— ¿Lo dices en serio? — asentí con pesadez. — ¿Realmente? — asentí nuevamente y no pude evitar rodear los ojos.

¿Tan raro era que quisiera cuidar de un niño?

— Cada día logras sorprenderme más, Na Jaemin.

— Recuerdas mi nombre completo. — agradecí, ladeado mi cabeza hacia el costado con calidez.

— Si, jamás había escuchado uno tan raro. — era sorprendente lo rápido que lograba que mi sonrisa desapareciera de mi boca.

Me levanté para tirar a la basura la envoltura del helado, Jeno imitó mi gesto.

Black - NominDonde viven las historias. Descúbrelo ahora