Capítulo 31.

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Jeno

Aparecí frente a su casa esperando una respuesta, al menos un hola o un buenos días, que gusto verte. Nada de eso llegó. Jaemin solía ser una persona alterada pero también demasiado sencilla. Un hola no le costaría nada. Pero no fue él quien apareció por el marco de la puerta, sino Lee DongHyuck. Nada encajó como yo quería.

— Lee Jeno, que agradable visita. — podía notar a mil millas que su sonrisa no era de lo más verdadera. Sin embargo dudé en contestarle. — No te pongas tímido. ¿Querías hablar con Jaemin?

— ¿Está en casa?

— Está dormido. Fue una noche ajetreada, quise dejarlo descansar hasta medio día. — ¿Ajetreada?

— Jaemin se olvidó de contarme que eres la nueva mucama. — no intentaba parecer amable, en realidad, deseaba todo lo contrario.

Lee DongHyuck seguía siendo el tercero en discordia para mi. La historia de su trabajo en la veterinaria no me la tragaba para nada, y más aún luego de enterarme de las fotografías en el teléfono de MinHyung. Me preguntaba continuamente si había alguna conexión. Quería creer que estaba equivocado.

El castaño frente a mi sonrió. — Te dejaría pasar pero, no estoy muy seguro de que Jaemin querría tu presencia. — ignoró lo anterior. — Quiero decir, no es en mal término pero, no eres bienvenido.

"No eres bienvenido"

Mis cojones no son bienvenidos.

— Entiendo. — sin embargo nada de lo anterior salió de mis labios. Seguía siendo el mismo tímido y avergonzado que se escondía detrás de tres capas de color negro. Jaemin se reiría de mi si estuviera aquí.

Sabía que él me dejaría entrar, pero no quería pelear y él no estaba aquí para dictaminar lo contrario. Tampoco tenia idea de quien era Lee DongHyuck y por que últimamente pasaba la mayor parte del tiempo junto a Jaemin. En el pasado, él solía detestarlo, era un cambio curioso. Pero no quería parecer demasiado observador.

— Pero no te preocupes. Le diré que estuviste aquí.

— Si — nunca dejó de mostrarme su patética sonrisa. — gracias.

Idiota.

Cuando cerró la puerta, solo el silencio reinó a mi alrededor. Independientemente de donde me encontrara, no veía el color que mis ojos quisieran ver. No era solo yo de color negro, sino todo el mundo. Si MinHyung era quien me hacía ver los colores, pensé que lo encontraría en alguien más que no fueran las cenizas.

Pero no puedo terminar de creer que es realmente así como se dieron las cosas. Jaemin me dejaría pasar. Jaemin me ofrecería un vaso con agua y me prepararía la mejor comida que alguna vez haya probado, y él también me regañaría por no haber desayunado.

Y también estaba completamente seguro de que no le diría que estuve aquí. Tal vez debería haber esperado.

Era un sábado por la tarde y no tenía ningún otro plan en mente, solo el hecho de seguir pensando en el pasado que me carcome la cabeza como insectos. Y si una cosa era clara, es que intentaba encontrarle una explicación a todo. Comenzando por mi padre, la manera en la que nuestra madre nos dejó. El orfanato. Jaehyun y sus problemas, MinHyung y la rabieta. No existía un solo día en el que no pensara en ellos.

Black - NominDonde viven las historias. Descúbrelo ahora