Black - Nomin

Capítulo 28.

Al saber que me encontraba en la misma posición que Jeno hace unos días, no lograba hacerme sentir mejor. Incluso, el malestar incrementaba más de la cuenta. Seguía pensando en ese día y en que tal vez, los arcángeles no estaban realmente de nuestro lado. Jeno era una persona tan lúcida y a la misma ves, cargaba con una oscuridad difícil de percibir. Y por el contrario yo, era totalmente lo opuesto. El niño amable era simplemente una fachada para ocultar lo que de verdad pasaba por mi cabeza.

Y si DongHyuck estaba en lo cierto, yo estaba completamente loco.

Sabía que me estaban haciendo unas preguntas, pero mi cabeza se encontraba perdida al igual que mi mirada. El punto fijo que me mantenía observando, se trataba de una mancha oscura en la pared frente a mi. El oficial parecía perder la paciencia, lo escuchaba murmullar cerca de mí.

— Esta será la última vez que te preguntaré, Jaemin. — su voz sonaba rasposa. — ¿En dónde estabas ese día a las 12:20?

Si Jeno había pasado por este mismo interrogatorio, me preguntaba si por la cabeza no se le había pasado el tirarse por la ventana.

— ¿Me estás escuchando? — preguntó nuevamente. Alcé la mirada. — Será mejor que contestes.

— Ya había respondido a esa pregunta.

— Ahora te encuentras en un interrogatorio, no nos importa si ya te han preguntado. — alguien amaneció de mal humor.

Bajé la cabeza en cuanto lo escuché suspirar. A pesar de encontrarme de frente con mi futura profesión, no estaba realmente interesado en contestar. DongHyuck seguía rondando por mi cabeza, manteniendo los mismos ideales de antes. ¿Doble personalidad? ¿Yo?

No estoy muy seguro de ello.

— Fui a la farmacia con Jeno. — alzó una ceja en cuanto oyó mi respuesta. Tragué saliva.

— Mentir no te salvará de esta — me dijo. — lo empeorará.

Rápidamente comencé a colocarme nervioso. No entendía como habían personas que si lograban engañar a los demás sin colocarse ni un poco de nervios.

— No estoy mintiendo. — le aseguré por milésima vez. Lo escuché soltar un suspiro.

— De acuerdo... — rascó su cabeza antes de voltearse hacia la ventanilla, de la que suponía que se encontraban observando y escuchando toda la conversación. — Entonces, hablemos de Lee Jeno. — palidecí. — ¿Eres muy cercano a él?

— No lo sé.

— ¿No lo sabes?

— ¡Quiero decir...! — solté sin darme cuenta. — eso creo. — arqueó una ceja en mi dirección. Jugueteé con mis dedos sobre la tela de mis pantalones. — Si.

— Supongo que te lleva tiempo contestar. — afirmó con una sonrisa de boca cerrada. — ¿Hace cuanto se conocen?

Si estaba aquí por lo de la abuela, no tenía ni la menor idea del por qué nos encontrábamos hablando de mi relación con Jeno. ¿Acaso pensaban que éramos cómplices?

— No lo sé, no soy bueno con las fechas.

Al notar la expresión del oficial, seguí con la oración.

— Pero supongo que hace un mes.

— ¿Eso fue antes del fallecimiento de Lee MinHyung... — lo escuché fuerte y claro. — ... o después? — ¿Por qué esto sonaba como una sospecha?

— Después. — respondí.

— ¿Conocías a Lee MinHyung?

— N... si. — corregí de inmediato. — Éramos... compañeros de tutorías.