Si tuviera la edad suficiente para jubilarme, ya lo habría hecho. Si tuviera los medios para salir corriendo, también ya estaría hecho. Pero si solo tuviera una oportunidad para volver al pasado y decidir no abrirle la puerta a DongHyuck, lo haría. Había caído en un bucle de mentiras y recuerdos que querría olvidar y haría lo posible para que jamás regresaran a mi cabeza, aunque si me costara la vida en el proceso, no volvería a verle nunca más.
Sabía en el fondo que mi vida era un constante signo de interrogación, pero esperaba muy en el fondo que se pudiese arreglar. DongHyuck se había acercado a mi y me había tomado de las manos, me había abrazado y me había prometido. Promesas que juré mantener. Pero no tenía la fuerza suficiente para aceptarlo. Aceptar que me habían engañado y visto la cara de estúpido.
Había salido de la oficina del doctor Kim con un nudo en el estómago, fuertes ganas de vomitar y cabizbajo. Dolido y confundido.
Mi hermano había sido el sospechoso de la muerte de mi madre. Cuando toda mi vida creí que nos había dejado por un accidente de auto. Supongo que es la mentira trillada más tradicional. Pero dolía de la misma manera e incluso peor. Había dormido en la misma casa con la persona que me mintió. Con el hermano que juré tener y que me había contado un montón de mentiras absurdas.
Jeno tenía razón. No se podía confiar en él.
Tal vez solo éramos los dos y nadie más.
Llegué a casa con los ojos hinchados y la nariz enrojecida. El clima era cada vez peor y acompañado del sentimiento de acabar de ser pisoteado, era aún más lamentable. DongHyuck no estaba y casi salté de alegría porque no tenía la intención de verle la cara. Había pensado en ir a casa de Jeno y caerle de sorpresa al sofá de la sala de estar, pero me contuve a la idea de saltar a sus brazos.
Cuando el oficial de policía me encaró y me esposó las manos, desearía haberlo hecho. Deseé estar junto a Jeno viendo los programas de suspenso acurrucados en el diván. Pero supe que solo eran deseos efímeros porque me habían agarrado.
Me habían arrestado.
— Na Jaemin, eres el sospechoso del asesinato de Baek HaeRi. Tiene derecho a un abogado y cada cosa que diga podrá ser usada en su contra en el tribunal. — podía notar quien era solo por su voz. El oficial Qian.
¿Estaba siendo arrestado por "asesinar" a mi abuela? ¿Es esto un chiste?
Permanecí en silencio todo el viaje a la estación de policía. Esas palabras me habían asustado y yo deseaba con ser uno de ellos. Que ironía.
Me sentaron en la sala de interrogatorios con las esposas aún en mis muñecas. Miré a la persona frente a mi y casi me dieron ganas de llorar al procesar la razón del por qué me encontraba allí.
— ¿Sabes por qué estás aquí?
— Siempre preguntan lo mismo.
— Responde. — tomé un largo suspiro.
— "Na Jaemin, eres sospechoso del asesinato de Baek HaeRi" — repití las palabras de hace unos minutos intentando no sonar demasiado gracioso — Creo que están equivocados. No, — corregí —están equivocados.
— La vez pasada te lo pregunté, pero lo haré nuevamente en esta ocasión. ¿Dónde te encontrabas esa mañana?
Sabía de que "mañana" hablaban. No era necesario que me refrescaran la mente.
— En la farmacia con Jeno.
Sus ojos me seguían observando y supe que lo había arruinado y había sido atrapado.
— No estás en las cámaras de seguridad de la farmacia. Tampoco estás a los alrededores de la casa de Jeno para esas horas. —palidecí— Así que lo preguntaré una última vez, Jaemin. ¿Dónde estabas a las 12:20 de la mañana?
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Black - Nomin
FanfictionNomin Jeno vive perturbado luego del asesinato de su hermano menor, buscando por sí solo, algunas pruebas contundentes que pudiesen dejarlo libre de ser el primer y único sospechoso del caso. Pero conoce a Jaemin, quien con sus secretos decide ayuda...