🌲Ryevost, Este de Ravka🌲
Pov Alina
Me llevó más de lo que había esperado, y no llegué hasta las afueras del lado occidental hasta bien caída la noche. Las calles estaban oscuras y vacías, a excepción de unas pocas tabernas con aspecto de no tener muy buena reputación y un viejo borracho que se encontraba apoyado sobre un edificio, cantando suavemente para sí mismo. Mientras me apresuraba a pasar junto a una ruidosa posada, una puerta se abrió de golpe y un hombre fornido salió a la calle en un estallido de luz y música.
Me agarró del abrigo y me abrazó.
—¡Hola, preciosa! ¿Has venido a hacerme entrar en calor?—traté de librarme de él—Eres fuerte para ser tan pequeña.
Podía oler el hedor de la cerveza rancia en su cálido aliento.
—Suéltame —dije en voz baja.
—No seas así, lapushka —canturreó—.
Podríamos divertirnos tú y yo.—¡He dicho que me sueltes! —grité, dándole un empujón en el pecho.
—Todavía no —rio él, arrastrándome hasta las sombras de un callejón junto a la taberna—. Quiero enseñarte algo.
Giré la muñeca y noté el reconfortante peso del espejo que se deslizó entre mis dedos. Extendí velozmente la mano y la luz estalló en sus ojos en un rápido destello.
Cuando la luz lo cegó, gruñó, lanzó las manos hacia arriba y me soltó. Hice lo que Botkin me había enseñado: le pegué un fuerte pisotón en el empeine y después enganché mi pierna por detrás de su tobillo. Sus piernas salieron volando y cayó al suelo con un golpe seco.
En ese momento, la puerta lateral de la taberna se abrió de golpe.Un soldado uniformado salió de ella, con una botella de kvas en una mano y una mujer escasamente vestida aferrada a la otra. Con una oleada de temor, vi que estaba ataviado con el uniforme color carbón de la guardia del Oscuro. Su mirada empañada se fijó en la escena: el hombre en el suelo y yo sobre él.
—¿Qué es esto? —masculló. La mujer que llevaba al brazo soltó una risita nerviosa.
—¡Estoy ciego! —gimió el hombre del suelo—. ¡Me ha cegado!
El oprichnik lo miró y después me echó un vistazo. Sus ojos se encontraron con los míos, y el reconocimiento se reflejó en su rostro. Se me había acabado la suerte. Aunque nadie más me estuviera buscando, los guardias del Oscuro sí lo hacían.
—Tú... —susurró.
Salí corriendo.
Me lancé por un callejón hasta un laberinto de calles estrechas, con el corazón latiéndome frenéticamente en el pecho. En cuanto dejé atrás los últimos edificios deslucidos de Ryevost, me lancé a la carretera y me interné en la maleza. Las ramas me arañaban las mejillas y la frente mientras me adentraba dando traspiés en el bosque.
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𝓡𝓤𝓛𝓔𝓡
Fanfiction𝑵𝒐 𝒔𝒖𝒃𝒆𝒔𝒕𝒊𝒎𝒆𝒔 𝒆𝒍 𝒆𝒏𝒄𝒂𝒏𝒕𝒐 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒐𝒔𝒄𝒖𝒓𝒊𝒅𝒂𝒅, 𝒊𝒏𝒄𝒍𝒖𝒔𝒐 𝒍𝒐𝒔 𝒄𝒐𝒓𝒂𝒛𝒐𝒏𝒆𝒔 𝒎á𝒔 𝒑𝒖𝒓𝒐𝒔 𝒔𝒆 𝒔𝒊𝒆𝒏𝒕𝒆𝒏 𝒑𝒐𝒓 𝒆𝒍𝒍𝒂. 𝑺𝒉𝒂𝒅𝒐𝒘 & 𝑩𝒐𝒏𝒆 . 𝑶𝑪 𝑭𝒆𝒎𝒂𝒍𝒆 🥇 #genyasafin...