𝔨𝔬𝔯𝔬𝔩𝔢𝔳𝔞 𝔬𝔨𝔬𝔭𝔬𝔳

701 73 3
                                    

🏰Gran Palacio, Os Alta, Ravka Oriental 🏰

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

🏰Gran Palacio, Os Alta,
Ravka Oriental 🏰

Pov Alina

—Bienvenida a la corte —dijo.

—No estoy segura de si me gusta.

—A nadie le gusta —admitió—. Pero todos fingimos muy bien.

—El Rey parece encantado —señalé.

—El Rey es un crío.

Me quedé boquiabierta y miré a mi alrededor con nerviosismo, preocupada por si alguien nos había oído. Para esta gente cometer alta traición eran tan natural como respirar. Genya no parecía ni remotamente trastornada por las palabras de Katya.

El Oscuro debió de percatarse de mi incomodidad, porque dijo:

—Pero hoy, lo has convertido en un crío muy feliz.

—¿Quién era el hombre barbudo que estaba con el Rey? —pregunté, deseosa de cambiar de tema.

—¿El Apparat?

—¿Es un sacerdote?

—Más o menos. Algunos dicen que es un fanático, y otros que es unfraude.

—¿Y tú?

—Yo digo que resulta de utilidad. —Se giró hacia Genya—. Creo que ya le hemos pedido suficiente a Alina por hoy. Llévala de vuelta a sus aposentos y que le tomen medidas para su kefta. Comenzará con la instrucción mañana.
Genya hizo una pequeña reverencia y puso la mano en mi brazo para dirigirme. Yo estaba abrumada por la emoción y el alivio. Mi poder (mi poder, todavía no parecía real) había vuelto a aparecer, y había evitado que hiciera el ridículo. Había superado mi presentación ante el Rey y mi audiencia con la Reina. Y me iban a dar una kefta de Grisha.

—Genya —añadió el Oscuro a nuestra espalda—La kefta será negra.

Genya tomó aliento tras un sobresalto. Yo miré su cara de impresión y después al Oscuro, que ya se estaba girando mientras tomaba el brazo de la princesa para marcharse.

—¡Espera! —lo llamé antes de poder refrenarme. El Oscuro se detuvo y clavó sus ojos color pizarra en los míos—. Si... si puede ser, preferiría tener una túnica azul, el azul de los Invocadores.

—¡Alina! —exclamó Genya, claramente horrorizada, pero el Oscuro alzó una mano para silenciarla.

—¿Por qué? —preguntó con expresión inescrutable.

—Ya me siento como si no perteneciera a este lugar. Creo que sería más fácil si no recibiera... tratos especiales.

—¿Tan ansiosa estás de ser como todos los demás?

Levanté la barbilla. Estaba claro que no lo aprobaba, pero no iba a amedrentarme.

—No quiero llamar aún más la atención.

𝓡𝓤𝓛𝓔𝓡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora