Capítulo 9 : Sentir celos

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Había sido una tarde, como decirlo, intensa y reveladora a partes iguales.

En cuanto estuvo satisfecho mi querido profesor todo el proceso de tirar el globito y vestirse lo hizo sin ni siquiera mirarme de reojo, aunque eso de vestirse se quedó a medias y ahora sabréis por qué.

Sí, se acabó el encanto durante los próximos cinco minutos.

Para este entonces no sabía que se iba a volver habitual, había sido mi segunda experiencia sexual y aún no había calado del todo su comportamiento, sin embargo, también había una ventaja, no me lo tomaba tan a pecho.

Para mi suerte esta vez podía caminar ,aunque las piernas me temblaban muchísimo.

Al menos podía moverme por mi cuenta y durante la búsqueda de mis bragas vi algo que me tentó.

A ver lo he visto en todas las películas y series, las parejas lo hacen y se ve ideal.
Si él no fuera él y yo fuera yo hasta nos podríamos tomar una foto.

Aun así, me conformo con probármela.

Cuando Rengoku quiso ponerse su camisa, ya era tarde, la menda ya se la había puesto y estaba encantada.

Me queda mejor que todo lo que tengo en el ropero, no podía dejar de verme mientras desfilaba por el salón aun sin creerme como me puede quejar tan jodidamente bien.

—Tachibana—

Ya vamos a empezar.

—Déjamela porfiii, tu no la necesitas precisamente ahora y me queda ideal ¿Es qué no lo ves?—

—Quítatela—

Dios.

¿Cómo podía ser tan seco si hasta hace un momento me estaba comiendo a besos?

Incluso había adoptado una postura que creo que ya podemos confirmar que es típica del rubio.

Estaba parado en medio de la habitación con ambas manos apoyada en la cintura con esa mirada penetrante con esa mirada que ,si lo miras fijamente, aunque sea cinco segundos te petrifica .

—¿Por qué no lo hacemos más divertido? ¿La quieres? Quítamela tú—

Propuse ignorando su postura de tío malo viendo como incluso suspira y ponía los ojos en blanco.

¿Enserio?

Pues recuerda encanto que me has elegido tú a mí al igual que yo a ti, así que a lo hecho pecho.

Sabía que no caería en mi juego, aun así, me aleje hasta quedar detrás de la mesa del salón.

Ya sabéis, mujer previsora vale por dos.

Pero como ya sabréis también, a mí las cosas rara vez me salen bien y antes de que Rengoku pudiera dar un paso mi mochila empezó a vibrar.

¿A que no sabéis que ocurre?

Pues esto ocurre.

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Lo que un profesor N̶o̶ debe hacer ( Rengoku x Oc) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora