Viernes 17 de marzo
Vaya si que ha pasado bastante tiempo.
Aquí donde me veis ahora voy de camino a casa de papa con mis poderosisimas notas.
En un abrir y cerrar de ojos ya he terminado segundo y estoy a otro pestañeo de empezar tercero, mi último curso antes de la graduación.
Recuerdo como si hubiese sido ayer cuando estaba haciendo las maletas para llevarme a Kanao a recorrer Hokaido.
¿Os acordáis que os hablé del viaje?
Pues está por hacer un año de eso.
Que vieja me siento de golpe.
Aunque probablemente vosotras queréis saber de como me van las cosas con el novio más sexy del mundo.
Aquel finde semana que me quede en su casa le demostré a Rengoku lo hábil que soy calentando agua, ya que lo único que sé cocinar sin quemarlo en el proceso son unos espaguetis.
Era obvio que no iba a estar ni cerca de lo que él cocina en mi casa, pero como hablamos de un angelito caído del cielo, no paró de decirme en todo el finde cuanto le gustó y lo agradecido que estaba por haber probado mi comida.
En San Valentín en cambio tuve un pequeño problema.
Me explicó.
No es correcto llamarlo problema.
Tampoco sé si hay una manera sutil de comentar esto así que ahí va.
El catorce de febrero es el aniversario de la muerte de su madre.
Y su madre es una mujer con la que ni puedo ni quiero competir.
Por lo que me contó este día es cuando más la recuerda, estuvo con ella es sus últimos momentos antes que la enfermedad que se la llevo la dejara finalmente sin fuerzas para seguir luchando.
Esta historia me hizo llorar a mares mientras que Rengoku mantenía una calma y serenidad de infarto.
Quitando el hecho de que ahora somos pareja, quiso que lo supiera para que entendiera que esta fecha era diferente para él.
No todo podía ser perfecto.
Pero obvio que le comprendí, él sabía de más que me gustaba así que no era necesario que le regalara chocolates.
Y menos después de haberle dado el honor de probar mis exquisitos espaguetis.
Por desgracia esto sólo lo sabía yo, no como todas las infelices que le llenaron de bombones o muñequitos cursis durante todo el maldito día.
Ese día creía que acabaría matando a alguien.
No sé cómo él tiene la paciencia de rechazarlas a todas con tanta amabilidad.
Ah ya recuerdo.
Porque es jodidamente perfecto.
Ese día después de clases iría a ver a su madre.
Sé que si se lo hubiese pedido me hubiera llevado con él, pero creo que aún no es el momento.
Tenía que prepararme para hacer esa visita así que aparte de todos los ánimos del mundo, le dije que la saludara por mi y que la próxima vez me gustaría conocerla.
Por alguna razón la cara de mi rubio se iluminó, no lo sabía pero mi interés aquel día le había hecho muy feliz.
En cuanto a la parejita del año, Tanjiro y Kanao ya habían anunciado oficialmente su relación.
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Lo que un profesor N̶o̶ debe hacer ( Rengoku x Oc)
FanfictionEn el centro de secundaria obligatoria Kimetsu no había estudiante que no conociera al profesor de historia Rengoku Kyojuro. Desde los de primero hasta los de tercer grado eran conocedores de cuánto amaba su profesión con solo ver entrega con sus a...