Capítulo 20 : Mantener el contacto visual más de la cuenta

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Jueves 29 de septiembre

Hoy era un día normal como cualquier otro.

A pesar del numerito de Inosuke el otro día solo se quedó en eso ; en una anécdota.

Así que , cómo decía era un día normal, con las típicas clases y los típicos exámenes.

Lo único importante de estas fechas es que Halloween esta a la vuelta de la esquina y cada año había una celebración donde hasta los profesores participaban, incluso se disfrazaban para crear ambiente.

El año pasado hubo una especie de concierto donde Uzui-Sensei lo dio todo.

Este año ,aunque he intentando sacarle información, Rengoku ni me ha querido decir de que tratara la fiesta de año ni de lo que irá disfrazado.

Aun así, todavía tengo un mes por delante para comprobar quien de los dos es más persistente.

Y hablando de comprobaciones, hoy a última decidimos comprobar una vez más la resistencia de la mesa de la sala de profesores.

Honestamente, no sé cómo pasamos de hablar de trabajos, notas y alumnos a tenerme boca abajo , con mi trasero bien levantado para mayor placer y comodidad de mi querido profesor, en lo que yo intentaba no dejarme las uñas contra la madera de su escritorio.

¿Cómo habíamos llegado a este extremo?

Ya no nos importaba nada, ni el sitio, ni quien nos pudiera ver u oír.

Quizás él no, era bueno disimulando sus gemidos con ahogados gruñidos que ,aunque morían en su garganta, a veces era capaz de escuchar y llegaba a ser hasta intimidante.

Cualquiera de mis compañeros...

Espera.

¿Esto ya os lo he contado verdad?

Que cabeza la mía.

Hace seis meses empecé por este pequeño encuentro.

Aunque sí tenéis lagunas cómo yo hace un momento, os refresco la memoria con gusto.

Jamás me aburriría de repetir momentos cómo este.

Aquel día era uno de tantos dónde ya no me sentía las piernas.

Todo mi cuerpo recibía las duras embestidas de mi profesor de historia del que ya había perdido algo más que las bragas por él.

—Dios... Kyoj... —

—¡Tachibana!—

Aquello había sido una llamada de atención cómo tantas otras.

Seguía sin dejarme llamarle por su nombre ni siquiera en momentos así.

Sé que tiene motivos para prohibirmelo, ya lo hablamos.

Pero yo quería tanto al hombre como el profesor

Y eso dudo que sea un secreto para él o para cualquiera de vosotras.

En estos meses me había dejado llevar por su personalidad tan brillante cómo el sol, sus cálidas manos, pero sobre todo su mirada.

Su mirada tenía el poder de hacerme tocar las nubes sintiéndome única en el mundo cuando me mira.

Aunque cómo sabréis ya ,no siempre encuentro lo mirada que busco que por desgracia pasaba más veces de lo que me gustaría, sobre todo cuando la magia se acababa entre nosotros.

Pensaba que con el tiempo cambiaría, pero el efecto de la Cenicienta cómo lo definí la primera vez, continua ocurriendo.

Me gusta creer que será temporal, qué en algún momento dejaría de dudar sea de manera inconsciente o no.

Lo que un profesor N̶o̶ debe hacer ( Rengoku x Oc) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora