Lo que un profesor N̶o̶ debe hacer ( Rengoku x Oc)

Capítulo 34 : No acompañarnos hasta el final

En aquella habitación de hospital reino el silencio por mucho tiempo.

Un silencio que me acompaño por varias horas hasta que comprendí que llegados a este punto solo había un camino.

La verdad.

En cuanto me dieron el alta tuve lo que probablemente fue la conversación más incómoda que tuve nunca.

—Ya sé lo que estáis pensando y la verdad es que sí, Rengoku ... Rengoku Kyojuro es el padre del bebé que espero. En enero íbamos a hacer un año de relación—

Por una parte decir finalmente en voz alta todo lo que he ocultado, todo por lo que he tenido que mentir o decir medias verdades resultó un gran alivio.

Sin embargo, no fui verdaderamente consciente de que él ya no estaba hasta que su nombre salió de mis labios.

¿Cómo se puede vivir una vida sin Kyojuro?

¿Cómo voy a sacar adelante a este niño o niña que espero sin él?

Hasta este momento no fue que lágrimas traicioneras se escaparon bajo esa mirada permanente de decepción en mi padre.

Aquel día había dejado de ser su princesa, se había vuelto más frío y cortante.

Pero si os sirve de consuelo no fue para siempre.

Tamayo y mamá por otro lado fueron las más comprensivas aunque claramente querían saberlo todo.

Y yo no me olvide ni de una coma en cuanto pude controlar las lágrimas.

Era consciente de que ahora todo iba a ser más complicado.

Y no me refería solo al embarazo.

Tenía que ganarme de nuevo la confianza de mis padres, terminar la secundaria y la decisión más importante.

Decidir de una vez que iba a estudiar.

Pero el paso más cercano era volver a clases.

No recuerdo con claridad cuanto tiempo estuve sin ir.

Solo sé que no fue mucho más de dos semana.

Tuve hasta que dar testimonio en comisaría como una de las pruebas que llevó a Shinjuro Rengoku detrás de las rejas con el cargo de homicidio voluntario sin posibilidad de libertad, dejando a Senjuro en manos del estado al ser menor de edad.

Y pensar que ahora podría estar tranquilo al fin con su hermano.

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El día que finalmente regrese al instituto me había auto convencido de contarles todo a mis amigos que no podían encontrarse más preocupados.

Yo les prometí que este mismo día a la salida sin falta les diría con pelos y señales todo lo que había pasado, y que por todo me refería a todo.

Inosuke fue el único que entendió que también me refería a las cosas que ocultaba.

No hizo falta que dijese nada.

Su mirada lo confirmaba.

Y aunque se acabaron enterando de todo, no fue de la forma que yo planeé.

Cuando nos disponíamos a ir a nuestro lugar de encuentro ; el karaoke, nos cruzamos de lleno con la persona más insoportable y mentirosa que jamás he conocido en las puertas del instituto.

Daki estaba completamente vestida de negro siendo consolada por otra chica.

La muerte de Rengoku no fue ningún secreto, hasta el centro estuvo al parecer cerrado unos días.