Capítulo 29 : No controlar a sus alumnos

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Lunes 29 de mayo.

Primero fue lento.

Bastante más suave de lo que acostumbra.

Imagino que era por el lugar.

Aunque ahora que lo pienso nunca le ha importado que estuviéramos entre libros y estanterías para follarme con la intensidad de siempre.

Porque esta no es ni la primera vez ni la última que Rengoku y yo nos encontrábamos en la biblioteca.

Como os dije se había vuelto un lugar frecuente.

¿Podría ir a su casa?

Sí.

¿Saldría una vez que entre?

No.

Por eso lo hacíamos en nuestro rinconcito del "amor"

Nuevamente estaba sumergida en una etapa de exámenes más agobiante que la del año pasado.

Yo tenía mucho que estudiar.

Y él mucho que corregir y organizar.

Así que tal y como la primera vez, en cuanto todos se marchaban, nosotros nos escapábamos a la biblioteca.

No sé qué excusa ponía Kyo para no estar en la sala de profesores un rato como siempre solía hacer.

Yo con mis amigos les decía que últimamente Uzui-Sensei me necesitaba para ayudarle con este caos de proyectos, trabajos y exámenes.

Como ya estaban acostumbrados a que el año pasado fuese esto verdad con Rengoku no fue difícil que me creyeran.

Bueno no todos.

Inosuke para variar tiene sus dudas.

Aunque en su caso le comprendo.

Hablé con él al poco de volver del finde semana de mis sueños.

El de las mechas azules se disculpó y casi me rogaba que no tuviera en cuenta nada de lo que dijo, que estaba enfadado y no pensaba con claridad.

Seguro que estáis sorprendidas.

¿Inosuke disculpándose?

Pues sí.

Por eso mismo yo también me disculpe con él.

Le dije que si tenía razón en una de las cosas que dijo.

Le confese que les estaba ocultando algo a todo el grupo.

Y le pedí que tuviera paciencia.

Que cuando llegará el momento se lo contaría todo tanto a él como a los chicos.

Pero que hasta que ese día llegue, que confíe en mí y no insista en saberlo.

No tenía mucha fe en que fuese suficientemente.

Aun así, creo que funcionó.

Inosuke me dio el abrazo rompe costillas más fuerte del mundo y me dijo que lo haría, que confiaría en mí y que por favor no tardara mucho en contarles que esta pasando.

Ahí me di cuenta la falta que hacía la sinceridad entre nosotros.

Y por nosotros me refiero a mis amigos y yo.

Por lo que ahora no sólo contaba los meses para poder estar libremente con mi chico sin tener que ocultarnos.

Ahora también lo hacía para poder gritar a los cuatro vientos que el hombre que tenía entre mis piernas era mucho más que mi profesor de historia.

Lo que un profesor N̶o̶ debe hacer ( Rengoku x Oc) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora