Capítulo 24 : Dejarse llevar

417 51 45
                                    

Después de volver de Otaru con Mi Novio.

Por qué SI.

Después de todo este tiempo de dudas existenciales, donde casi lo mandó de paseo más de una vez, donde simplemente creía que tendría que conformarme con esperar ser la única en su vida, al final me pidió salir.

Y a ver, aquí hay varias cosas que quizás queden mal, o solo soy con la necesidad de estar en conflicto conmigo misma.

Por una parte sé que esta feo lo decir que esperaba ser la única en la vida amorosa de Renguko, cualquier situación se podría dar.

Aunque me hago la loca, recuerdo mucho las advertencias de Inosuke con que en cualquier momento me podrá hacer daño.
Este hombre es demasiado perfecto y esta situación es casi surrealista, pero ¿Quién soy yo para oponerme a los designios del señor?

Sí, después de este día me volví la mujer más creyente de la Tierra.

Por otro lado, también podría haberle pedido yo salir sí tenía tantas ganas.

Y aquí tengo mi justificación, él quiso empezar lo de conocernos enserio, así que a él tocaba dar él siguiente paso.

Si yo me llegó a declarar confesándole que necesito sí o sí formalizar lo que sea que teníamos y me rechaza , creo que depresión es poco para lo que me entraría.

Y ahora que sacáis el tema de entrar y salir ,os voy a seguir contando cuando volvimos a Sapporo.

Cómo la primera vez que fuimos a Otaru, Rengoku me preguntó si quería pasar a su casa.

Al igual que la primera vez yo sabía que esa invitación iba con segundas.

Pero a diferencia de la primera vez, en ese momento yo creo que ni había terminado la frase que yo ya estaba bajándome del coche.

Ni la puerta me pudo abrir.

Patitas para que os quiero.

¿Sabéis el tiempo que llevamos sin hacer el frutifantástico?

Sí, claro que los sabéis os cuento toda mi vida.

Y perdón sí no entendéis mi nueva expresión, cómo os conté, veo muchos videos de Facebook últimamente.

Para la gente sana os aclaro que esa noche íbamos a coger cómo conejos.

Para ser más concretos, en el sofá.

Ni a su cuarto llegamos.

Para que veáis que la única desesperada no era yo.

En cuanto me vió salir del coche, casi a la velocidad del rayo, me acorraló contra la puerta de su casa.

Solo tuve que mirarlo para saber a quien tenía delante dentro de esta catalogación tan maravillosa que he ido haciendo durante todos estos meses sobre sus diferentes facetas.

Por lo que sin miedo a equivocarme, puedo afirmar señores y señores que el Rengoku dominante había vuelto.

Casi le tuve que agradecer que al menos se esperaba a entrar a su casa.

No había ni metido la llave en la cerradura y ya habían un par de manos inquietas tirando mi jersey para colarse por dejado de todas las capas de ropa que querían protegerme del frío.

Pero para ser sincera, desde que me vi acorralada ya tenía de todo menos frío.

Me sobraba hasta la vergüenza.

En aquel proceso de ver quién desvestía más rápido al otro, me vi en el derecho de dejar alguna que otra marquita de amor.

Ya sabéis un chupeton por aquí, un chupeton por allá.

Lo que un profesor N̶o̶ debe hacer ( Rengoku x Oc) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora