Capítulo 12 : Llegar tarde

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Apenas tengo palabras para describir lo maravilloso que había sido nuestro día.

Creo que aun ni siquiera existen las palabras necesarias para definir lo jodidamente perfecto que fue todo.

Tal y como dijo, después de decir que hay que conocerse como primer paso para lo que sea que surja entre nosotros, me llevo a casa en su coche.
Habían sido tantas emociones que me quede dormida a mitad del camino, y eso que era corto.

No le vi y tampoco lo escuche, pero estoy segura que Rengoku se habrá reído de las pintas que tenía cuando me quede frita.

Estaba totalmente sobada con la cabeza en la ventanilla del coche, con el hilo ese de saliva que siempre se me cae por la comisura de los labios.

Sí, todo el glamour que había intentado tener y que casi me lo joden unos delfines, lo había terminado de mandar a la mierda yo solita.

¿Os he dicho ya que soy un puto desastre?

En fin, al llegar de nuevo a nuestra ciudad la vida me puso a prueba.

Si bien no era muy tarde, ya era de noche y siendo día entre semana tenía no debería llegar muy tarde a casa.

La verdad es que hace dos años que mis padres no me ponen horarios, y podría llegar a la hora que quisiera lo único que me pedían era que fuese responsable y bueno, ya veis cómo acabé.

Y os preguntaréis, ¿A que viene qué os cuente mi vida de repente?

Pues que Rengoku me preguntó si quería pasar a su casa.

Y sí, todos sabemos que esa pregunta tiene doble sentido, todos sabemos lo que pasaría si cruzaba esa puerta.

Pero como os dije el día había sido muy bonito demasiado para ser verdad, y aunque sólo nos habíamos acostado dos veces, ya me veía venir que si iba a su casa y follábamos después tendría que ver al Rengoku arrepentido y arruinaría todo lo que habíamos pasado hoy, y en vez de terminar el día sintiéndome una jodida princesa pues lo terminaría sintiéndome un ser insignificante.

Por lo que respire hondo y con las mejores de mis sonrisas me despedí de él diciéndole que ya era tarde y debería de volver a casa.

Eso sí, aquí el profesor no se rendía tan fácil.

Yo cómo despedida, aparte de mi radiante sonrisa, le abracé.
Aun estábamos en el coche así que no había peligro, pero como siempre él fue un paso más allá y me robo un beso.

Fue rápido y necesitado ,casi consigue hacerme cambiar de opinión.

Pero de verdad no quería enfadarme.

Hoy no, así que mis ganas de que me volviera a poner mirando para cuenca y yo no fuimos a casa.

X X X

Viernes 20 de mayo.

Bueno estos dos últimos días han sido una locura.

Por lo visto cuando Rengoku hablaba de conocernos mejor, se ve que también se refería a que cada vez que podía tendría un detalle conmigo ya sea dentro o fuera del instituto.

Las miradas eran muy constantes, y quizás solo son cosas mías, pero eran miradas muy intensas de cómo te pille sola te enseño de nuevo el abecedario.

¿Me entendéis?

No sé si me explico.

Aunque eso sí, lo más difícil eran los cinco minutos que iba a dejarle lo de siempre al finalizar las clases.

Lo que un profesor N̶o̶ debe hacer ( Rengoku x Oc) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora