Capítulo 2

977 100 66
                                    

El grupo de amigas continuaba junto en el proceso de asimilar todo aquello:

— ¡Yo iba a ese viaje a pasármelo bien! ¡Y mirad cómo he salido! ¡Soy una irresponsable!

— Le podría haber pasado a cualquiera. —la consoló Boa como buenamente pudo.

— No, a ti no. —se defendió la joven sonándose los mocos.

— Porque odia a los hombres, — apuntó Koala— pero no eres la primera que se queda embarazada por una noche de desfase con el alcohol.

— ¡Tomaba anticonceptivas! ¡Se me olvidaron dos días y he desatado una locura! ¡Me odio!

— Bebimos mucho todas las noches, es normal que se te olvidaran...

Koala y Boa asintieron de acuerdo con Bonney.

— ¿Sabéis al menos dónde estuve? ¡Es que yo solo recuerdo despertarme en mi habitación!

— Estábamos en la playa en la fiesta del hotel, bailamos una canción de Bad Bunny y después no recuerdo nada más. Tengo recuerdos leves de que comenzamos a charlar con un grupo de chicos y de ti yendo al baño, pero poco más. —comenzó a relatar Koala—Después recuerdo que Hancock y yo te buscábamos desesperada hasta que te encontramos durmiendo en la habitación... Lo siento, yo normalmente no bebo, pero esa noche...

— No te disculpes, Koala, yo soy la que cometió el error. ¿En la playa? ¿Con un chaval que apenas conocía? ¡¿En qué estaba pensando?!

— Yo solo recuerdo que sobre las tres de la mañana me dio hambre y me fui, pero lo recuerdo un poco borroso todo. Juraría que el chaval no tenía nada que ver con los otros. Boa, ¿tú recuerdas a esos tipos?

— Ningún hombre se merece mi atención. —les recordó firmemente sin mirarlas a ninguna, con la cabeza bien alta.

—  Excepto ese modelo del que te enamoraste. — le recordó Koala, y la modelo la miró con el rostro ablandado por completo.

— Nunca debí volver a este pueblucho. — dramatizó colocando la mano en su frente— Mi sitio estaba con esa maravilla de hombre.

— De niño, Boa. —rectificó _____, que por unos instantes había olvidado su desgracia— Ni siquiera te hacía caso porque era un crío. ¿Qué edad tendrá ahora? ¿Diecinueve?

— Casi veinte. Los cumple en mayo. Solo nos llevamos cinco años.

— Estamos en julio. Os lleváis casi seis. —rio la castaña dando a su amiga por caso perdido.

— Estás enferma, en serio. —se quejó Bonney mientras se comía un donut en la cama de su amiga, no sin antes haber sido amenazada por ella: <<tiraré tu cuerpo a las pirañas si manchas mi cama>>. _____ siempre fue muy agradable con ella, y en realidad era mutuo, así se querían ellas.

— Nunca te ha gustado un solo hombre, y el que te gusta es ilegal. ¿Quién lo diría eh?

El sarcasmo de la futura madre logró que dos de ellas rieran.

— Era—remarcó el verbo orgullosa—ilegal.

— Y ya no vas a volver a verlo jamás. —la molestó la pelirrosa.

— Claro que lo veré. —contestó molesta sacándole la lengua de manera infantil— En cuanto nos mudemos. No he aceptado nada a largo plazo porque estáis aquí vosotras y porque tengo que ir con suavidad con mi abuela. Mis hermanas siguen en la ciudad estudiando, montará un drama porque la dejamos sola en el pueblo.

— ¿Nos vas a dejar solas? — se quejó Bonney haciendo un puchero.

— ¡Pero si llevábamos fuera del pueblo más de cinco años! —se quejó la modelo— Estamos aquí porque se nos acabó el contrato de alquiler como estudiantes. En cuanto acabe el verano nos volveremos a la ciudad. Tú— señaló a Koala—,  no puedes pasar un solo día sin tus manifestaciones en contra del capitalismo, tú no puedes estar un solo día sin pelearte con los anticuados del pueblo— añadió cambiando su mirada a _____, para después posar sus orbes azules en la comilona— y tú no puedes estar sin comer un Mcdonalds más de una semana. Somos chicas de ciudad, aceptadlo.

InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora