Capítulo 7

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_____ nunca se hubiese imaginado qué conocería a un millonario, pero menos aún se imaginaría sentada de copiloto yendo a realizar una donación junto a un millonario. Nunca se lo habría imaginado, es cierto, pero ahí estaba, observando lo diferente que Ace lucía con ropa de deporte como la que era ese uniforme en comparación con su típico traje. No es que le sentase mal ese estilo, ella era consciente de que probablemente ningún estilo le podía sentar mal a ese chico.

— ¿Qué me miras tanto, De Luca?

La joven sonrió y desvió la mirada para dirigirla a la carretera.

— Te sienta bien la gorra.

— ¿Eso crees? Kid dijo que parecía estúpido.

— Siempre te llama estúpido, ¿no?

— Ahora que lo pienso sí. —recapacitó— Quizá deba molestarle aún más en el trabajo.

_____ carcajeó.

— Quizá sí.

— Oye, —la llamó Ace echándole un vistazo rápido para después volver a centrarse en la conducción—ese vestido es precioso... Aunque no sea de este año. —bromeó haciéndola reír— ¿No es demasiado arreglado para una protectora llena de animales peludos ansiosos de saltarle a la gente que los visita?

— Seguramente. —reconoció sin inmutarse— Pero en unos meses no podré usar la mitad de mi ropa y no sé si mi cuerpo tendrá cambios permanentes, así que, como mi amiga Bonney dice: debo sacarle partido a mis outfits ahora que puedo.

— Rachel en Friends hace un comentario parecido, así que no te puedo llevar la contraria.

De Luca reconoció al instante la referencia.

— En la fiesta de disfraces.

— ¿Te gusta Friends? —preguntó emocionado.

— Ace, ¿a quién no le gusta Friends? —cuestionó como si fuese ridículo.

— Mi amigo Thatch opina que Cómo conocí a vuestra madre es mil veces mejor.

— Tu amigo Thatch tiene el gusto en el culo, por favor. —le faltó el respeto mientras se removía incómoda en su asiento, haciéndole reír— Ace, ¿qué es esto? —cuestionó ojeando una revista que había bajo su propio trasero— Me he sentado sobre ella, perdón.

— Sin problema, es nuestra revista. — explicó con tranquilidad, aunque esa revista a veces le daba ciertos disgustos por su puntualidad a la hora de estrenarse—  Cada mes hay un nuevo número con nuevos productos y sesiones de fotos.

La joven miraba concentrada cada página.

— Está muy bien organizada, sabéis como vender...—susurró observando a su amiga Boa, pero se ahorró comentárselo a él por si aquello perjudicaba a su amiga.

Boa llevaba un precioso conjunto que juraría que era para jugar al tenis. Portaba una raqueta, pero era lo más irrelevante del anuncio. La falda-pantalón que llevaba su amiga era lo que más destacaba en la fotografía, sin contar su precioso rostro.

— Queríamos enseñar esa nueva falda-pantalón. La hicimos más larga para la comodidad de las jugadoras, por eso escogimos a Boa porque...

— Sus piernas largas iban a resaltar cualquier cosa. —adivinó la chica sin levantar la vista. Portgas rio.

— Algo así.

— Se ve que todo es muy estratégico.

— Eso intentamos en el departamento de ventas. Quiero que esa foto de Boa presida nuestro edificio.

InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora