Capítulo 21

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El desayuno junto a Ace había sido muy divertido, así que, De Luca, a pesar de haberse despertado de mal humor a causa de lo repentino y lo pronto que era, se alegraba mucho de que hubiese ido a buscarla.

— ¿Quieres acompañarme a la oficina para darle la noticia a Boa? Vamos a reunirnos con ella por videollamada. —le contó el pecoso una vez pagó la cuenta y junto a Winter habían salido del establecimiento.

— ¿Podré ver su cara de emoción? —respondió con otra pregunta igual de ilusionada.

A Ace se le escapó una pequeña risa al notarla tan sumamente feliz por su amiga y asintió.

— Va a ser nuestra imagen por mucho tiempo, creo que va a tener que mudarse a la ciudad.

La embarazada detuvo su paso aún más emocionada.

— ¿¡Voy a tener a Boa cerca?! —gritó llamando la atención de quienes paseaban también por las calles.

Portgas se veía incapaz de no adorar su rostro, sonrojado a causa de la excelente noticia.

— Así aprovecho y hablo con Kid y Killer sobre lo de tenerte vigilada.

— ¿Vigilada? ¡Por el amor de dios, Ace, esto parece una telenovela!

— ¿Cómo la que tú te estabas viendo?

— ¿Rebelde Way? — recordó como si fuese cien años atrás, negó risueña— Me la acabé con las chicas la semana pasada. Una pena. Ahora me he empezado Casi Ángeles.

— Tienes un problema con las telenovelas adolescentes, eh. —se burló él.

— Y demasiado tiempo libre me parece.

Ambos rieron y continuaron su camino, pero poco antes de llegar a la calle donde se situaba el enorme e imponente edificio que representaba toda la empresa Shirohige, Ace le pasó la chaqueta de su traje a la embarazada.

— ¿Necesitas que te la sujete? — preguntó amablemente ella al instante colgándola de su propio brazo.

— Qué atrevida, De Luca.

— ¡Ace, me refería a la chaqueta y lo sabes! —exclamó angustiada ante la sonrisa coqueta de su acompañante.

— Da gracias a que Thatch o Kid no están presentes.

—  O Bonney. —añadió de acuerdo.

Ace recuperó su chaqueta entre risas para poder colocarla sobre los hombros de ella.

— ¿Quieres que me la ponga? — preguntó sin entender nada, pero metiendo ambas manos por las mangas.

—  No, no. Si te queda enorme. — se mofó señalando como las mangas tapaban sus manos, a lo que ella le contestó con un manotazo.

— ¿Entonces?

— Déjala sobre tus hombros, habrá algunos periodistas en la puerta todavía.

— Pero es evidente que es tu chaqueta, este gesto es prácticamente confirmar que somos pareja.

— ¿Y eso te molesta?

— No, te lo he dicho esta mañana, pero yo...

—¿Prefieres que hoy digan que tan sólo somos novios o prefieres que añadan también que estás embarazada de mí? Porque podría salir una bonita historia de amor de esas que tus amigas leen o podría salir la peor historia de la tierra, donde soy un demonio que te obliga a tener mi descendencia porque me urge hacer mi herencia o qué se yo.

Puso fin a aquella corta discusión con ese argumento porque _____ no pudo negar nada al observar su vientre y ver que ese día había decidido usar un jersey demasiado ceñido a su cuerpo. Definitivamente, tendría que empezar a comprar ropa en breve. Además, las exageraciones de Ace la habían asustado.

InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora