Capítulo 47

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Winter olía al aire en un intento de reconocer al hombre que se acercaba con tranquilidad. La desconfianza del mastín no pasó desapercibida para él.

—Parece que este grandullón es tu fiel compañero ahora.

—¿Qué haces aquí? ¿También planeas acosarme o qué?

De Luca calmó al perro y obedientemente empezó a olfatear al modelo, quien se dejó hacer para que el animal no se sobresaltase más.

—No, por dios. Como no respondías mis mensajes ni mis llamadas, entonces...

—¿No te respondo y tu gran idea es venir hasta mi casa? Literalmente eso es acoso.

Alber tardó en responderle, porque estaba inspeccionándola detenidamente. Reconocía por su semblante que se encontraba agotada, pero era innegable que estaba tan bonita como siempre. Maldijo a Ace mentalmente por tener la suerte de tenerla a su lado, tal y como hacía últimamente cada vez que pensaba en ella.

—Venir aquí era mi último recurso antes de acudir a tu abuela. ¿Tienes un rato para charlar?

Un flash a lo lejos provocó que se sobresaltasen antes de que ella pudiese responder que no tenía tiempo para hablar con él, porque en su mente solo quería hablar con Ace de una vez por todas.

—Mierda, eso no ha sido ni disimulado —masculló exhausto y señaló tras él su coche estacionado— Sube.

La joven miró el vehículo reconociendo que debía ser escandalosamente caro.

—No pienso montarme en tu coche.

—Sube antes de que nos fotografíen más, por favor. —le rogó con suavidad tratando de simular que mantenían una conversación cordial.

—No voy a subir a tu coche, Alber. —repitió secamente—No tengo nada que hablar contigo. Si es tan importante háblalo con mi abuela directamente. Winter, vamos.

El rubio suspiró dándose por vencido, porque la conocía lo suficiente para saber que no cedería.

—Es sobre Ace.

La embarazada frenó su paso angustiada.

—¿Qué mierda tienes que decirme tú sobre el padre de mi bebé?

La impaciencia en su pregunta era más que evidente, pero no podía permitirse hablar en plena calle con ella.

—Podemos subir a tu casa si no quieres montarte en mi coche, pero no quiero que lo hablemos en mitad de la calle.

—No vas a pisar mi casa, Alber.

—¿Prefieres que nos vean en público?

—No voy a meterte en mi casa por mucho que sea para hablar. Es una falta de respeto hacia mi pareja y Ace odiaría que hiciese algo así.

La expresión de sorpresa surgió en King sin poder ocultarla. No esperaba que quisiese tener miramiento por Ace a pesar de todo lo que la prensa decía.

—Pensaba que con todo esto...

—Quizá me ha engañado, sí, pero sigue siendo mi pareja. Si él me ha faltado el respeto en algún momento yo no voy a responder de la misma forma.

Un suspiro se le escapó al escucharla.

—Tú siempre tan correcta... —admiró—Para tu tranquilidad, Ace no te ha engañado.

—¿Cómo estás tan convencido?

—No quiero tener esta conversación en mitad de la calle.

—Pues hablemos en la cafetería de Sanji, al menos llenaré el estómago.

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⏰ Última actualización: Sep 25 ⏰

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