Capítulo 23

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— No me puedo creer que me hayáis convencido para esto. —musitó agobiada De Luca, quien se encontraba conduciendo su coche para ir junto a sus amigas y su perro hacia el lugar de trabajo de Boa.

Boa llevaba trabajando un par de años de manera intermitente para la marca Shirohige y siempre la habían invitado a la fiesta de Halloween. Sin embargo, la modelo jamás había llevado a sus amigas a esa fiesta, ni a ninguna que tuviese algo que ver con su empleo. Ese año, justo el año en el que se había quedado embarazada, había decidido que invitaría a sus amigas para que la acompañasen, poniéndose Ace de acuerdo con ella porque le parecía una idea buenísima.

La castaña que en esos instantes se encontraba en el asiento de copiloto rio irónica.

— No hemos sido nosotras, ha sido Ace y lo sabes.

Ella sonrió ante el reproche de Koala.

— Me dijo que invitaría al restaurante de Sanji si iba a la fiesta. Y Boa tenía muchas ganas de que la acompañásemos, lo ha repetido este fin de semana mil veces.

Boa se limitó a reír algo seca. Llevaba un par de días rara, pero cuando sus amigas preguntaban preocupadas lo justificaba con la búsqueda de piso y con que echaba de menos a su abuela y a sus hermanas, así que sus amigas se encargaban de mimarla y volvía a ser la de siempre.

— ¿Puedo ir al restaurante contigo? —preguntó Bonney ilusionada.

— Claro, nos ha invitado a todas.

— Eso está mejor. —aprobó Koala más calmada, esta vez ella era la copiloto del vehículo, porque Boa y Bonney habían empezado a discutir de nuevo y la castaña se les adelantó.

— Voy a llamar a Ace para que me dé el código para entrar al parking. —avisó Boa poniendo el altavoz mientras sonaba varias veces el tono de llamada.

Hancock, por novena vez: no. La respuesta seguirá siendo "no" mañana también. No puedes tener una portada con Luffy en la revista de Navidad.

— Ace, pedazo de imbécil, —le insultó cuando oyó a sus amigas reír por la respuesta automática de su jefe—¿cuál es el código para entrar al subterráneo?

Ah, — calmó su tono anterior— que es por eso. ¿Tienes coche?

— Vamos en el de _____. ¡Venga ya!

¿Viene _____? —preguntó ilusionado y la mencionada rio silenciosamente.

— Ace estamos en una reunión de socios, ¿puedes colgar? —oyeron preguntar a Marco cansado, probablemente esa no sería la primera interrupción de la reunión.

— Sh... No te quejes, si es tu novia la que llama.

— ¡Vuelve a decir eso y te cortaré la lengua! —gritó la modelo, pero el rubio al otro lado se adelantó.

— No serás tan valiente de decírselo a la cara. —rio Marco al otro lado y Boa sonrió porque el doctor llevaba razón.

Touché, quiero mantener mi lengua a salvo.

— Para que le haga cosas con ella a mi amiguita _____. —susurró Bonney y la mencionada le pellizcó la pierna desde el asiento delantero sin modificar ni un ápice su manera de conducir— ¡Auch! ¡Eres un diablo! ¡Con muy buenas dotes de conducción, por cierto!

Te paso el código por WhatsApp, Hancock. Después nos vemos. —se despidió ajeno a todo lo anterior porque Newgate le había llamado también la atención.

Y dicho y hecho, en diez minutos las jóvenes estaban en la planta donde se situaba el estudio de Ivankov, ya que quería ser la persona que vistiese a Boa Hancock y a sus amigas para aquella fiesta.

InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora