Pov Poché:
Sinceramente no sabría decir cuándo ocurrió, pero me dejé llevar por la suavidad de sus dedos recorriendo mi cuero cabelludo, permitiéndome caer en aquel profundo sueño donde su perfume se escabullía por mis fosas nasales, impregnando mi sistema de ella.
El calor que emanaba de su cuerpo me transportaba a un pequeño lugar que desbordaba seguridad, pequeño lugar en el que anhelaba permanecer escondida, protegida de cualquier mounstro que intentase dañarme...
Protegida de él, de mí, del miedo, del amor, de las risas, las lágrimas y el abismo.
Me removí sintiendo como aquellos brazos afianzaba su agarre en mi cuerpo, consiguiendo que miles de mariposas revolotearan en mi interior. Con una parsimonia impropia de mí abrí mis ojos, rogando que aquella sensación de seguridad no se desvaneciera con aquella acción. Dejé que mis pupilas se adaptaran a la tímida luz que se colaba tras las persianas.
Con sumo cuidado comencé a desprenderme del agarre de Daniela para poder salir de allí.
C- No te vayas- aquel susurro ronco detuvo mi acción.
Yo permanecí en silencio.
C- Un ratito más, tengo sueño- se quejó con un tono de voz consentido.
Aquello me hizo soltar una pequeña carcajada, provocando que en su boca se delineara un leve puchero que deseé besar.
Mordí mi labio inferior intentando retener a mí yo interior, a aquel pequeño personaje que no podía quitar su mirada de aquel tono rosado y que, por supuesto, no estaba dispuesto a detenerse hasta lograr su cometido.
Suspiré frustrada cerrando con fuerza mis ojos, me acomodé de nuevo en su pecho e intenté que el sueño volviese a inundar mi ser, aunque la imagen de sus labios seguían proyectándose en mi mente dejandome jodidamente antojada.
Sus ojos estaban allí, aquel color marrón me perseguía a pesar de llevar horas corriendo. Mis pulmones ardían sedientos de aire pero yo solo quería huir de allí, alejarme, correr, y nunca detenerme.
Su perfume impregnaba el lugar, aquel olor era tan fuerte que mareaba, aquella colonia invadía mi sistema destapando recuerdos que creí haber escondido para siempre. Su risa se escuchaba tras mis oídos, al igual que el grueso tono de su voz, que hacía erizar mi piel.
Su aliento caía en mi nuca, él estaba allí, detrás de mí, sentía su calor, su respiración, era capaz de escuchar el latido de su corazón si agudizaba mi oído.
Sentí su tacto de nuevo, aquella aspereza recorriendo el largo de mi brazo provocaba un asco que crecía descontrolado en mi interior.
Él estaba allí, su mirada, su risa, su tono de voz, su respiración, su calor, su olor..., él seguía allí, conmigo.
Su mano descendió a mi cintura, apretando aquel lugar. Ese agarré no era el de Daniela, ese agarré dolía, ardía, escocía..., mis lágrimas comenzaron a descender por mi rostro, era incapaz de ordenar mis pensamientos, el miedo me había paralizado, él no podía estar allí, no de nuevo, no para siempre, no aquí.
Intenté volver a correr, a alejarme de él, pero me encontraba paralizada, mis músculos no se movían ni un milímetro, aunque mis sentidos estuvieran alerta, aunque les rogase, ordenase gritase o pidiese, ellos no se movían.
Él seguía allí, junto a mí, tan cerca que lo sentía, pegadito a mi ser.
JC- Nunca escaparás de mí- su voz...
Mi piel se erizó.
JC- Poché, María José, Poché, Poché- un leve zarandeo despertó mis sentidos.
C- Poché, María José despierta- abrí rápidamente mis ojos.Era ella, él no estuvo aquí, ella estuvo conmigo siempre, ¿no?
C- ¿Estás bien?
Por favor, por favor, que haya sido una pesadilla...
C- ¿Poché?- susurró tocando mi hombro.
Su contacto me hizo dar un pequeño brinco.
P- ¿Qué?- cuestioné desorientada.
C- ¿Qué te ocurre?- habló preocupada.
P- Solo fue una pesadilla- contesté haciendo el amago de sonreír- o eso espero- murmuré para que solo yo fuese capaz de escucharlo.__________________________________________
Holaa🤍🤍 cómo andan??
Espero que os guste el capítulo ☺️☺️
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🤍 GRACIAS 🤍
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Ansiando escapar
FanfictionDaniela Calle, pertenece a la familia más adinerada de Miami, ella es considerada el ser más prepotente de la cuidad, por lo que nadie se atreve a dirigirle la palabra a menos que ella se lo permita. María José Garzón es todo lo contrario a ella, pr...