Pov Poché:
No sé exactamente cuánto hace que escapamos de aquel infierno que denominábamos hogar. Las lágrimas, la sensación de odio, frustración y tristeza no faltaron en ese lapso de tiempo, era capaz de escuchar el llanto desgarrado de mamá cada noche, mientras que en sus sueños se reencontraba con él, con mi padre.
Recuerdo como tenía que rodearla entre mis brazos y apretarla contra mi pecho ansiando que el latido de mi corazón calmase su errática respiración.
Recuerdo también como sus uñas se clavaban en mi espalda intentando aferrarse a algo que la mantuviese alejada de aquella pesadilla, aún era capaz de sentir el ardor que provocaba en agua templada que caía sobre las heridas que aquella acción me dejaba, aunque éstas no sé comparaban con las heridas que lucían brillantes en lo más profundo de mi alma.
Con el tiempo los golpes que cubrían el rostro de mamá se fueron difuminando hasta mezclarse con la tonalidad de su piel, la herida de su labio sanó, aunque una pequeña cicatriz se vislumbraba cuando los rayos de sol pegaban sobre su rostro.
Mis nudillos estaban prácticamente curados, a excepción de aquella pequeña marca que se encargaba de recordarme una y otra vez la imagen de él, la imagen de mi madre tirada junto a la cama, la imagen de mi mano ensangrentada, la imagen de lo que un día considere mi familia y ya no era, la imagen de lo que quise, la imagen de lo que alguna vez soñé...
Mi pasado se reproducía a diario tras mis retinas, marcando lentamente cada escena, cada risa, cada lágrima, cada golpe, cada llanto; mi pasado estaba tan presente en mi ahora que todavía era incapaz de diferenciar cuál era la realidad que estaba viviendo, de qué estaba huyendo, y qué estaba buscado.
M- Prepara tu mochila, mañana nos vamos de aquí- la voz de mi madre me sacó de mis pensamientos.
Sin que se diese cuenta sequé rápidamente la lágrima que descendía solitaria por mi mejilla, tragué grueso implorando a no sé quién por qué mi voz no se notase quebradiza.
P- ¿Dónde vamos esta vez?- pregunté cansada de los constantes cambios que estaban presentes en nuestra vida.
M- Encontré una familia adinerada que están buscando personas para contratarlas como empleados del hogar- dijo mientras abría el macuto y comenzaba a rellenarlo de la escasa ropa que tenía.
P- ¿Empleados del hogar?- cuestioné.
Mamá asintió sin detener su acción.
P- No pienso ser la esclava de nadie- me quejé dejándome caer en la cama de aquel motel.
M- María José prepara tus cosas ya- ordenó.
P- Mamá estoy harta de siempre la misma mierda.Marta se sentó junto a mí, comenzando a acariciar sutilmente mi espalda.
M- Cariño, yo también estoy cansada pero necesitamos trabajar para poder vivir- susurró- te prometo que si no nos convence este trabajo nos marchamos del país en busca de otra oportunidad.
Dejé escapar un suspiro mientras me incorporaba para mirar a mi madre.
P- ¿Me lo prometes? - murmuré.
Ella asintió con una sonrisa mientras abría sus brazos para proporcionarme un abrazo.
M- Te amo, nunca olvides eso- susurró en mi oído erizando mi piel.
P- Yo también te amo mamá- dije apretándola contra mi pecho.Con desgano guardé las pocas prendas de ropa que tenía, cerré mi pequeña mochila y la colgué en mi hombro dejando una rápida vista por aquella habitación cerciorándome de que no nos olvidábamos nada. La sensación de injusticia estaba muy presente en mi cabeza en esa etapa de mi vida.
¿Por qué yo?
¿Por qué nosotras?
¿Qué hice mal?
¿Qué dañé?
¿De verdad me merezco esto?
Preguntas que me hacía a diario y no sabía responder, preguntas que le realizaba a no sé quién, con la esperanza de que alguien me contestase y me permitiese vislumbrar rayos de luz entre la espesa oscuridad que se encontraba manchando mi existencia.
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Holaa🤍🤍 cómo andan??
Espero que os guste el capítulo ☺️☺️
En mi Instagram podéis encontrar la historia, donde la subo antes!!
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🤍 GRACIAS 🤍
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Ansiando escapar
FanfictionDaniela Calle, pertenece a la familia más adinerada de Miami, ella es considerada el ser más prepotente de la cuidad, por lo que nadie se atreve a dirigirle la palabra a menos que ella se lo permita. María José Garzón es todo lo contrario a ella, pr...