Capítulo 45

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Pov Calle:

M- Pero cariño, debe haber una explicación- sollozó intentando acercarse a María José.

Esta negó mientras se separaba de su madre.

P- Mamá no hay solución, no me lo pongas más difícil, debo irme y ya- espetó sin mirar a Marta.
C- ¿Irte?- cuestioné captando la atención de ambas.
P- Calle- jadeó mirándome con una mezcla de temor y tristeza.

C- ¿Te vas?- murmuré con la voz rota.

Ella no habló, solo se dedicó a mirarme con aquellos ojos verdosos que tanto me encantaban.

P- Sí- dijo casi imperceptiblemente.

Una oleada de dolor mezclada con rabia me arrolló.

Se iba, y se iba sin decirme nada.

Fuí capaz de sentir como una lágrima manchaba mi mejilla, dejando un delicado rastro húmedo a su paso.

Sonreí, una sonrisa falsa, melancólica, rota...

C- ¿Sin decirme nada?- cuestioné esperanzada de recibir cualquier excusa estúpida de su parte.

Silencio.

Eso era lo que reinaba entre esas cuatro paredes, la ausencia de palabras me estaba desesperando a tal punto que quería gritarle, pegarle, insultarle, zarandearle... Sentía como su mirada gritaba todo lo que su corazón quería decir, pero su mente exigía que callara.

Apreté mi mandíbula mientras pasaba el puño de mi camiseta bajo mis ojos, recogiendo cualquier rastro de lágrima que quedase sobre mi rostro.

No lloraría más.

Ya no más.

No por ella.

No se merecía nada de mí, pero muy en el fondo tenía y debía agradecerle una cosa.

Suspiré, la miré y sonreí.

C- Gracias.

Una muestra de confusión se dibujó en el rostro de Poché.

Agarré una bocanada de aire intentando que esta ayudase a retener mis lágrimas.

C- Gracias por enseñarme que el amor no merece la pena, ahora, haznos un favor a todos y desaparece- espeté para posteriormente dirigirme hacia las escaleras.

Escuché como María José rompió en un llanto profundo, incluso desgarrador. Quería girarme, ir tras ella, abrazarla, besarla y susurrarle que todo estaba bien.

Pero por primera vez en toda mi existencia, mi ego ganó a mi corazón.
Nunca más volvería a mendigar amor porque descubrí que no hacía falta pedir amor para recibirlo.

Que el amor es el acto más bonito que se da de forma desinteresada, y que si tienes que pedirlo eso significa que no es amor.

Ella no me amaba.

Ella nunca me había amado.

Y ella nunca jamás me amaría.
Caí en la trampa, me volví a enamorar como una idiota, pero esta vez esa idiota no se arrastraría por alguien que no la quiere ni un poquito.

Subí corriendo las escaleras, cerré mi puerta de un portazo colocándole seguro, me metí bajo en edredón y dejé que mis lágrimas fluyeran sin vergüenza.

Mi respiración era irregular, era capaz de sentir el latido de mi corazón chocando contra mi pecho, como si quisiese escapar de allí e ir a buscarla.

Pero esta vez no había vuelto atrás.

Ella se iba a ir.

Sin avisarme.

Sin despedirse.

Sin contarme.

Ella y yo no estábamos destinadas a estar juntas, o tal vez, solo tal vez, este no era nuestro momento.

Lástima que eso no lo vayamos a descubrir nunca.

Con ese último pensamiento me quedé dormida, sintiendo como una parte de mí me había sido arrebatada.

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Holaa🤍🤍 cómo andan??

Espero que os guste el capítulo ☺️☺️

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