6. MIKE

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El chico no solo era un buen asistente, era un jefe de grupo muy atento con sus compañeros, siempre atendiendolos y resolviendo con ellos aunque muchas veces no tenía la obligación de hacerlo. Además lo había visto varias veces alimentando a animales callejeros, sin duda no solo era hermoso por fuera, sino también por dentro.

Cada día que pasaba su corazón comenzaba a sentirse más y más atraído por el chico, aun así no era suficiente, sabía que el chico igual comenzaba a desarrollar sentimientos por él, el sonido de su corazón cuando estaban muy cerca y las miradas furtivas que le daba, lo indicaba.

Solo había pasado una semana, no sabía hasta qué punto podría afectar un chico que ya tenía tan presente, inconscientemente lo buscaba en la universidad y cuando lo recogía para continuar con su trabajo no podía dejar de mirarlo.

No lo había visto en plan romántico con ningún chico la semana que pasó, pero esta semana algo cambio, era martes y deseó no haber visto eso, Krist caminaba distraídamente mientras hablaba por teléfono y revisaba una libreta, inconsciente del joven que se puso en su camino a proposito, chocaron y despues de colgar, el corazón de Krist latía frenéticamente mientras platicaba con el otro chico, este parecía tomarse demasiadas confianzas por que de un momento lo estrujo entre sus brazos y dejó algunos besos en la cara de su asistente. No se dio cuenta que estaba apretando sus puños mientras veía la escena, hasta que Thitipoom lo interrumpió, era el jefe de grupo, del otro grupo.

- Buenos días licenciado, le hago entrega de las investigaciones de mi grupo - el chico era guapo, pero no causaba nada en él, aun cuando el primer día sintió su flirteo, de un momento a otro volvió su vista al lugar que él miraba -. Ohh no sabía que Mike había regresado, bueno me retiro licenciado, gracias.

- No, gracias a ti Thitipoom - respondió aun aturdido por la información mencionada por el alumno, quien sabía era amigo íntimo de Krist.

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Estaba hablando con su madre, quien le regañaba por no tener el traje listo para el jueves, afirmando que nada podía hacer bien y que mejor ella lo recogería. Miraba su agenda para estar al corriente con las actividades de la semana, camino tan distraídamente que no paró hasta chocar con un chico.

- Lo lamento, mucho - se disculpó de inmediato, recogiendo su teléfono del suelo. Cuando levantó la vista para ver al chico que le tendía la mano se quedó en shock, miles de recuerdos pasaron por su mente. Su corazón estaba latiendo demasiado rápido, mientras los malos recuerdos de su adolescencia se agolpaban en su mente, su primer amor, el mismo que trato de olvidar con Good, el mismo que nunca fue correspondido.

- Mi... Mike - tartamudeo -. No sabía que habías vuelto.

- Krist, no sabes cuanto te extrañe - dijo mientras lo atraía para un abrazo y dejaba algunos besos por su rostro.

- No, Mike, sabes cuanto odio esto - expresó tratando de alejar al otro chico, con su timidez característica.

- No nos hemos visto en seis años y ¿me recibes así? - preguntó Mike de manera risueña.
- Ha pasado tiempo, de verdad estoy sorprendido, no tenía idea de que regresabas - soltó mientras desviaba su mirada, que cayó en Singto acompañado de New, sintió un nudo en su garganta, pero se obligó a regresar su atención a Mike.

- ... Entonces terminamos regresando por eso, pero con la mudanza no había tenido tiempo de nada -. Mike sonreía tan alegremente, pero por alguna razón su corazón no respondió como lo hubiera hecho hace algunos meses.

Hace dos meses, cuando vio más cerca su matrimonio con Good, New le había dicho que escapara y que llegará a donde Mike, su corazón se había acelerado, recordando el amor que sentía por él a pesar de los años; en este momento no sintió la misma emoción de antes, no le movió el piso como solía hacerlo, incluso se sintió un poco incomodo durante el abrazo. Su mirada regresó a Singto, quien cruzó mirada con él, pero enseguida la despegó y partió con dirección a su cubículo. New por otro lado avanzaba hacía ellos.

- Es bueno verte de nuevo Mike - saludo a su viejo amigo con dos besos en ambas mejillas -. Krist, no quisiera interrumpir, pero el licenciado Prachaya dice que te necesita en su cubículo.

- Lo mismo digo New, tan guapo como siempre - hágalo a su amigo -. Espera Krist, ¿me das tu numero?

Krist no quería regresar, así que solo respondió. - New lo tiene, te lo puede pasar - hizo un ademán para despedirse, dirigiéndose al cubículo de Singto.

Se apresuró a llegar, no había entrado antes, pero cuando recibió el permiso para entrar se sorprendió por el completo desorden que era, libros, informes y adornos regados por todos lados, el sillón de tres lugares estaba lleno de papeles, al igual que el escritorio y los libreros vacíos.

- Te llame, porque como puedes ver, también necesito ayuda aquí - mencionó el mayor, señalando alrededor -. ¿Podrías?

Krist miraba atónito, la semana pasada habían terminado con su oficina, su cocina y cuatro habitaciones, solo faltaba el cuarto de juegos y su oficina al parecer. - Claro que sí, solo que quisiera pedirle un favor...

Singto imaginaba que tenía algo que ver con el chico que acaba de ver, pero al parecer no era así. - Si, dime y veremos qué hacer.

- Es que el jueves tengo un compromiso familiar y quisiera faltar - ahora que lo recordaba el jueves era la cena benéfica a la que había sido invitado por el Lic. Itthipat.

- Claro Krist, yo igual tengo algo que hacer, así que está bien - cedió sin imaginarse cuál sería su siguiente sorpresa.

Es verdad que había mandado a llamar al chico por su trabajo, sin embargo, no era toda la verdad, quería apartar a Krist como fuera de Mike, si ese chico que se tomó tantas confianzas y que al parecer había regresado apenas. Por alguna extraña razón, sintió su sangre hervir cuando abrazó al doncel y no pensó en nada más que alejarlos, esperaba que Thitipoom no hubiera notado eso.

Estaba un poco cansado, así que aprovechando que Krist no iría llamó a su madre, quien de inmediato comenzó a preguntar qué es lo que verdaderamente pasaba, pues él había dicho que regresaría a la manada ese año, sin embargo solo había llamado para avisar que estaría otro año afuera.

- No entiendo, mi lobo simplemente tomó el control de mi cuerpo y firmó el contrato, quizá aun no se resigna a que no encontró a su omega en las manadas -.
Después de una larga charla terminaron la llamada, sin más comenzó a arreglarse para la cena. Se cobraba la entrada, pues con ello era con lo que recaudarían el dinero para enviar a algunas fundaciones.

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