- ¿Está bien, profesor? - soltó un poco intimidado por la situación en sí, más que por la persona.
- Ahora que estás aquí Kitt, lo estoy- Singto o quien él creía era Singto, se le acercó peligrosamente, quedando muy cerca de él.
- Yo solo vengo a entregarle esto - Se separó de su profesor ignorando la respuesta tan sugerente que le había dado y dejó las hojas en el escritorio. - Nos vemos luego.
Quiso salir de la oficina, pero fue detenido por la mano de Prachaya en su cintura, fue rodeado por completo por él olor que desprendía su mayor. - No escapes de mi Kitt, por favor.
- Yo... yo no estoy... escapando - Hizo una pausa para tomar aire. - Yo solo vine a entregar los trabajos y lo he hecho, no hay más razones para que continúe aquí, así que si me disculpa.
Intentó de nueva cuenta salir del agarre del profesor. - Se que he sido un completo idiota contigo, pero no te vallas. Por favor Kitt.
- Suélteme, no tenemos nada que hacer juntos, usted me lo dejó muy claro - trato de que su voz no saliera dolida. - Usted se casará pronto y yo tengo novio por si no lo sabe.
Al parecer fue un grave error la sola mención de estos, porque después de lo que pareció un gruñido Singto le dió vuelta y lo atrajo para un beso, no un beso suave, era un beso posesivo y controlador. Intentó resistirse por algunos segundos, antes de volverse dócil y dejar que la lengua de Prachaya lo invadiera hasta hacerlo sacar algunos sonidos entrecortados, ni siquiera estaba seguro de poder sostenerse si lo soltaba.
En algún momento Prachaya lo había cargado y empotrado contra la pared y él inconscientemente se sostenía de sus hombros. Cuando Prachaya soltó sus labios para que tomara aire, Krist intentó recuperar la cordura e intentó bajarse.
- Esto no está bien, por favor suelteme - pero contrario a sus palabras sus manos seguían aferradas a los fuertes hombros de Prachaya.
- Yo lo sé, sé que no está bien desearte, amarte, anhelarte; pero aun así lo hago - Singto dio una embestida en falso y aun a través de sus pantalones Krist lo pudo sentir, estaba tan duro.
Krist jamás había tenido curiosidad en ese ámbito, siempre trato de evitarlo aun con sus amigos, en algún momento New bromeo con él diciendole que quizá era "asexual"; sin embargo, en ese momento no lo creía, no con las llamas ardiendo en su interior, deseo haber escuchado. Se sentía muy bien, aunque él supiera que estaba mal. Aunado a las palabras de Singto "amarlo", ¿Singto de verdad lo amaba?
- Joder, eres precioso, si pudieras verte con mis ojos... eres la perfección hecha persona - Singto atacó ahora su cuello, chupando codiciosamente, esta mañana contrario al cuello de tortuga que siempre portaba, había optado por una simple camisa, ¿era acaso esa una señal?
No podía pensar más coherentemente, estaba hambriento de algo que él jamás había sentido, el contacto era demasiado, pero no suficiente. - No digas eso... yo...
Fue interrumpido por otro ardiente beso, más suave que el primero, pero aun así abrumador. - No... solo digo... la verdad. - soltó entre besos.
"Joder Krist, por una vez en la vida haz algo que tu quieras, te lo mereces, solo una vez". Sabía que New no lo dijo para esta situación, pero ¿y si tenía razón?, ¿Podría hacer lo que quería?; aun si esto no solo lo lastimaba a él después, aún si lastimaba a Mike, a Khaofang.
- No te resistas - dijo Singto, posiblemente adivinando el dilema que tenía Krist. Un jadeo involuntario escapó de su boca ante el susurró de su mayor justo en su oído.
Al diablo todo, solo está vez, más tarde podría lamentarse, pero en esta ocasión tomaría lo que quería, que lo perdonaran Mike y Khaofang, pero solo sería esta vez, después podían volver cada a uno a sus vidas. - Bésame - dijo tan bajo que temió que Singto no lo escuchara.
- Tus deseos son ordenes para mi - y sin más, lo beso. Un beso tan urgido, invadiendo y saqueando todo a su paso. Tomándolo fuertemente de sus glúteos lo guió hacia el escritorio, donde boto todo, papeles esparciéndose por todo el piso, pero a ninguno le importo.
Apenas lo dejó sentado en aquel escritorio, Singto comenzó a desabrochar su camisa, bajo a besarlo con miedo en su mirada, quizá de que se arrepintiera si lo dejaba un segundo solo. Tomó sus delicadas manos y las acercó a su cuerpo, las hizo recorrer todo su pecho y las bajó hasta el abdomen, como deleitándose con el solo toque. Se sentía brutalmente caliente, Krist no sabía que una persona pudiera alcanzar esa temperatura más aún en esta oficina que era fría por estar justo en medio del edificio.
Antes de seguir el recorrido, Singto lo miró directo a los ojos, tomó sus mejillas y depositó un suave beso en cada una de ellas. - ¿Estás seguro de esto?
Krist no esperaba que se preocupara por él, no después de retenerlo aún contra su voluntad al principio y por supuesto no estando en el estado en el que se encontraba. Su erección se marcaba a través de sus pantalones, y de seguro debía doler. Tomando el silencio del menor como una negativa se separó del pequeño cuerpo sentado en su escritorio.
Krist de inmediato sintió el vacío, podría llorar si no conseguía a Singto de nuevo cerca de él. Tomando toda la valentía que jamás usó, guío su mano más abajo y rozó la erección de su mayor por encima de sus pantalones. - Lo quiero, ¿por favor?
- Vas a matarme Kitt - tomando la palabra del menor Singto se volvió a acercar, esta vez más decidido y comenzó a desabrochar la camisa contraria, casi desesperado para cuando acabó; la hubiera arrancado pero de alguna manera tenía que salir vestido de ahí. Aunque imaginarselo con su camisa no le hacía daño, solo con su camisa y la imagen mental lo hizo soltar un pequeño gruñido de aprobación.
La piel de Krist se estremeció ante el contacto directo con el aire, pero Singto notandolo se apegó más a él tratando de transmitirle calor.
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Singto luchaba por tomar el control de su cuerpo, por la noche tuvo un mal presentimiento pero lo ignoro cómo lo hacía en los últimos días. Así que comenzó el día normalmente, sin embargo, dos horas atrás, su lobo volvió a tomar el control de su cuerpo, su celo había llegado y él estaba en la universidad, corrió a su cubículo y se encerró.
Ahí había estado, su lobo luchando por salir a buscar a Krist y él tratando de detenerlo. Hace algunos minutos logró enviar un mensaje a Nin, para que consiguiera sus pastillas, sin embargo, su asistente se encontraba realizando algunas promociones en el juzgado de su ciudad, serían al menos tres horas en carro, suponiendo que no hubiera trafico.
No esperaba que Krist llegará por sí solo a su cubículo, cuando pensó que podría salir el glorioso olor de Krist, normalmente muy leve por ser natural estaba ahí. Su lobo desesperado tomó el control, y no había nada que lo detuviera para lograr su objetivo. Esto sería un grave error, pero por más que luchara no sabía si era posible pararlo.
Cuando su lobo se acercó a besar el cuello de Krist lo noto, su celo se había adelantado tres días por Krist, normalmente las personas ignoraban que los donceles al igual que las mujeres y los omegas tenían un ciclo de fertilidad. Y al parecer Krist estaba en sus días fértiles, por eso el olor se había intensificado y fue la razón por la que su lobo apenas tomó el control había retirado sus tapones, preparándose para ese momento.
Si no lograba controlar de nuevo su cuerpo, significaba un gran problema, no solo para él, sino también para Krist que estaba ahí dejándose solo hacer. Aunque él también se muriera por tener este contacto con Krist, sabía que no traería nada bueno.
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💚💚
Un pequeño adelanto 🙆🏻♀️💜
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NOTRE DESTIN
Fiksi PenggemarTRILOGÍA: SEGUNDO LIBRO ¿Crees en las parejas destinadas? Personas que nacieron para conocerse y amarse incondicionalmente. ¿Un hilo rojo irrompible, que une los corazones? ¿Un grito ahogado de dos almas deseosas de unirse? Completa basura, una...