– Krist, valla que sorpresa – Trato de sonar casual, pero no podría engañar a nadie aunque lo intentara, no debió haber bebido tanto en primer lugar, ahora en su mente afectada por el alcohol, su prioridad era besar los enrojecidos labios del chico frente a él, y tomar su preciosa figura para reclamarla como suya. – Pero, ¿qué haces aquí solo?
– Bueno yo... venía a ver a Good, pero me llamó que siempre no podrá llegar, así que ,me pensaba retirar ahora, pero lo vi y pensé en saludar – Se veía tan hermoso con las mejillas rojas por la timidez y balbuceando, en serio su cerebro ya no trabajaba correctamente, debía alejarse, pero su estúpida boca pronuncio lo contrario.
– Te puedo llevar a tu casa – soltó sin pensar.
– Bueno... Yo no iré a mi casa, New me pidió pasar a su casa para ayudarlo a estudiar – respondió su menor, tratando de declinar la oferta.
– No importa, igual te puedo llevar, no es seguro que andes solo por estos rumbos – dijo tratando de justificar sus ganas de permanecer un rato más con el chico, por una preocupación.
– Está bien, muchas gracias, solo tomaré mi abrigo y nos vamos – sonrió Krist mientras se dirigía al asiento que antes ocupaba.
El menor subió a su auto y su corazón no dejaba de latir a millones de kilómetros por hora, pero aun así trató de no hablar mucho, más que lo indispensable para poder llegar a la casa de Tithipoom. Su trayecto no fue más de 30 minutos, pero se le hacían eternos, sus manos, aferradas al volante y la palanca, picaban de ganas de alcanzar al joven a su lado, y de vez en cuando volteaba para poder ver a su copiloto, mientras este estaba absorto en la ventana. La tensión se sentía en el auto tan sofocante, pero no podía hacer nada por ahora, después de todo, él mismo se había ofrecido.
Cuando estaciono frente a la casa de New, su sistema simplemente no lo resistió más, se quitó el cinturón y antes de que Krist se retirara el suyo, se estiró y lo beso, más tarde culparía al alcohol en su sistema, pero en ese mismo momento estaba demasiado ocupado para pensar en ello. Su mente y su cuerpo vibraba en sintonía por Krist, por querer acercarlo y saquear su inocente boca.
Podía oír la respiración irregular de su menor mezclándose con la suya. La forma tímida en la que las pequeñas manos se aferraban a sus hombros, y en la que su boca se abría vacilante a la espera de ser saqueada por él. La intensidad aumentaba con cada segundo que pasaba. Los pequeños jadeos comenzaban a salir del chico y entonces estaba a nada de sacarlo y pasarlo a horcadas sobre sus piernas. Pero como una señal divina que indicaba el error que estaban cometiendo, se oyeron algunos toquidos en el vidrio de su auto.
Se separó lo más rápido que pudo y bajó el vidrio de su lado, el aire frío hizo un contraste horrible con el calor que había dentro del auto.
– Buenas noches, ¿Profesor Prachaya? – New sonaba un poco incómodo y sorprendido por encontrarlo estacionado enfrente de su casa. – ¿Qué hace aquí a esta hora?
No fue hasta que Krist se removió un poco en su asiento que lo noto, el chico que se comía a besos con el conductor no era nada más ni nada menos que su mejor amigo. De inicio New había ignorado el carro estacionado afuera de su casa, pero al ver que nadie bajaba y se acercó y pudo ver a una pareja muy melosa, pensó en retirarse de nuevo a su casa y esperar a Krist, pero algo dentro de sí, lo llevó al auto. Aún aturdido por el descubrimiento solo atino a dar un ligero –Nos vemos dentro Krist – y se retiró a su casa. Por donde quiera que viera la situación era un problema asegurado, en la universidad, con el padre de su amigo, su amigo mismo no sería capaz de entablar algo ahora. Solo pudo aventar el cojín de su sillón antes de soltar un grito de frustración. Sabía que no debió dejar a Krist pasar tanto tiempo con Prachaya, aunque este también irradiara atracción por su amigo, desde lejos podía notar la lucha interna por alejarse de él, su fama de tómalos y déjalos no ayudaba nada y por supuesto que no quería eso para su amigo. Su amigo se merecía una persona que estuviera dispuesta a bajarle el mundo entero a sus pies, no un aprovechado que solo se metería en sus pantalones y lo dejaría sufriendo.
Después de lo que pareció una eternidad vio a su amigo entrar con sus ojos un poco llorosos. No era momento de reprocharle, solo era momento de apoyarlo. Así que señalo el espacio libre del sillón junto a él. Krist conociéndolo tan bien se sentó y solo suspiro, ninguno se atrevía a romper el silencio; Krist comenzó a sollozar y de inmediato New lo acerco para abrazarlo mientras le susurraba que todo estaría bien. En ese momento no lo creía tan fervientemente, pero aún tenía la esperanza.
– ¿Qué pasó Kitt? – soltó en su oído después de que consiguió calmarlo. – No te juzgaré, solo quiero qué estes bien.
–Yo... no sé cómo explicarlo – susurró Krist con la voz rasposa por el llanto anterior. – Es muy complicado New.
– Tranquilo Kitt, no es necesario... – New no pudo terminar por la interrupción de su amigo. –Es que yo sí quiero contarte, solo que no sé cómo comenzar–.
– Por donde tú quieras, lo que tú quieras, lo sabes muy bien Kitt, no importa nada siempre te voy a apoyar – Dijo mientras le daba una sonrisa que intentaba ser reconfortante, aunque por dentro muriera de coraje con Prachaya y de preocupación por su amigo.
– Se que piensas que Singto se está aprovechando de mí – New ya no podía estar más preocupado, su amigo nunca se tomaba tal atrevimiento con nadie y el que lo hiciera precisamente con él a pesar de la advertencia que le hizo, lo dejaba con un gran hueco en su estómago. – No lo hace New, yo también lo quería. A pesar de los problemas yo lo quería.
Después de oír tal confesión de su amigo estaba tan malditamente dividido entre apoyarlo y terminar como la vez pasada con Good o darle su verdadero punto de vista. Era la primera vez en mucho tiempo que Krist le decía algo que realmente quisiera. Era su cómo su maldito primer deseo en años y ese deseo le haría tanto daño si seguía. Su corazón se rompía por su amigo, porque no podía hacer más por él.
– Kitt – su voz sonó más rota de lo que realmente debería haberlo hecho, se supone que él debía ser fuerte para su amigo. – Por favor Kitt, dime que escuche mal –
– No New, yo lo quiero – hizo una pausa muy larga – Pero sé que no es posible, sé que solo serán problemas para él, para papá, para el despacho... Bueno ahora ya no importa tanto.
New escuchó a su amigo soltar una risa que sonó hueca. Pero se limitó a seguir escuchándolo.
– Después de que entraste, hablamos, o mejor dicho, él habló y yo escuché – soltó un pequeño suspiro. – Al parecer esto que pensaba era mutuo solo soy yo con mis tontas ilusiones. No importa, después de todo hombres como él, no se fijan en chicos como yo.
– No vas a seguir con esto Krist, tu vales mucho más que esto. Entiende, ningún estúpido es suficiente para que tú te menosprecies de esa manera – dijo mientras levantaba el rostro de su amigo.
– ¿Cómo será? – soltó ignorando las palabras de su amigo. – ¿Cómo será qué Kitt?
– ¿Cómo será la persona con la que se va a casar? – La noticia lo dejó un poco dislocado – Singto me dijo que se casaría el año que viene, ¿De verdad será tan especial?
New se quedó estupefacto, pues aún con la investigación exhaustiva que hizo sobre él, en ningún lugar mencionaba una pareja, solo él pasando de cama en cama, por lo que quizá hubiera la posibilidad de qué solo fuera un inventó para librarse de su amigo. No importaba, ahora lo importante era Kitt y no la vida personal de Prachaya.
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NOTRE DESTIN
FanficTRILOGÍA: SEGUNDO LIBRO ¿Crees en las parejas destinadas? Personas que nacieron para conocerse y amarse incondicionalmente. ¿Un hilo rojo irrompible, que une los corazones? ¿Un grito ahogado de dos almas deseosas de unirse? Completa basura, una...