A veces creía que el universo conspiraba en su contra, cuando vio su nuevo horario lo noto enseguida, aunque el grupo de Krist era un excelente grupo, no quería lidiar tan cerca con el joven dueño de sus más profundos anhelos.
Le había indicado a la directiva que no quería trabajar con ese grupo, pero al parecer cambiaron algunos grupos y ahí estaba otra vez, frente al grupo; tres malditos días a la semana, serían una tortura total. Tenerlo ahí, tan cerca, respirar su aroma, verlo tan hermoso y perfecto sin poder hacer nada, nada más que mirar y anhelar.
Sus padres estaban muy ilusionados con el enlace que se llevaría a cabo apenas regresara a su manada, pero el estaba vació, solo era un cascarón caminando vacío por todos lados, estaba resintiendo el rechazo hacia su pareja, ahora al parecer las ojeras que casi nunca le aparecían, eran un accesorio permanente; por supuesto que también había perdido algunos kilos, producto de su pérdida de apetito casi total.
También sabía lo que vendría a continuación, el siguiente mes seguiría perdiendo algunos kilos, su celo llegaría al final de este, y le dolería incluso más que el anterior, sería casi imposible que lo controlara y su lobo tomaría el control por completo, por lo que tendría que ser encerrado y dormido por medio de algunas drogas muy fuertes. Después de eso seguiría empeorando, al menos hasta que formará el lazo con Khaofang
Rezaba para poder resistir, era consciente de que lo más sensato sería regresar a su manada y realizar el enlace, pero su estupido corazón egoísta le exigía quedarse lo más posible con 'su Kitt'.
En su mente se escuchaba tan perfecto 'Su Kitt', su lobo hizo un sonido de aprobación y soltó una sonrisa estúpida. Quizá en otra vida, solo quizás.
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Tener que ver a Prachaya nuevamente lo dislocó, por un momento pensó en rezagar la materia y cursarla el siguiente semestre, pero ahí había varios problemas; el primero, su padre lo mataría, ninguno de sus 'perfectos' hijos podía hacer algo como eso; en segundo lugar, el siguiente semestre costaría aún más que esté, considerando una matería extra; tercero, Prachaya era un excelente profesor, no solo lo decía por que le gustaba, sino por todo, hablaba tan apasionado de todos los temas y les resolvía dudas de una forma magnífica, que no valía la pena dejar la clase, por algo que al profesor ni siquiera pareció serle relevante.
Esta semana intentó hablar claramente con Mike, pero al parecer él intuía el resultado de esa conversación, por lo que en cada intento, su hasta ahora novio seguía evadiendo el tema, y aunque a Krist antes le hubiera parecido casi perfecto, gracias su doctora Jane, ahora entendía que era mejor dejarle las cosas claras a su novio, para que entre los dos resolvieran que harían.
Sonaba tan fácil, pero no lo era, hablar de lo que sentía se era muy difícil, quizá los años de reprimir sus emociones habían dado como resultado esa falta de habilidad para expresar sus emociones y pensamientos. Mike no se lo ponía más fácil, cuando se abrió a la posibilidad de tener una relación con él lo hizo con la esperanza de que las cenizas de aquel enamoramiento de juventud revivieran; sin embargo no había nada, era como besar a su hermano, no le desagradaba el beso en sí, sino la persona, en su cabeza era perfectamente funcional, pero en su corazón se sentía incorrecto, de alguna forma se sentía más vacío después de cada abrazo, pero no se lo quería decir a Mike directamente, no quería dañar los sentimientos de aquel joven que lo tenia en un pedestal.
Estaba bien dejar pasar algunas semanas más, después de todo, si Mike era feliz con ello, podía darle unas semanas más antes de la inminente ruptura.
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No entendía como una semana más se había convertido casi en un mes, estaba por terminar el mes y Mike seguía evitando ese tema. No había más que postergar, después de hablar con New algunas cosas y tomar suficiente valor, envió un mensaje a Mike.
"Tenemos que hablar, tu y yo sabemos que no puede seguir siendo postergado. Hablemos hoy a las 7, en el café de siempre, esta vez no acepto un no por respuesta, nos vemos luego".
La respuesta que recibió fue casi inmediata, pero al menos esta vez no estaba tratando de evitar el tema.
"Esta bien Kitt, nos vemos en un rato, TE AMO"
La sensación de dolor se extendió por su cuerpo, si tan solo pudiera elegir a quien amar, sería Mike, hace algún tiempo había sido él, pero ahora ya no podía hacerlo. No respondió, cerró el chat y guardó su teléfono en su mochila.
Al fin lo había aceptado, terminaría con Mike, y esperaría pacientemente por lo que su padre decidiera para él, no importaba si era Good o cualquier otro, lo soportaría y viviría con ello, después de todo, su hermano y su cuñada lo habían hecho; no había ninguna razón para creer que él no era capaz de soportarlo.
Con una determinación que no sabía de dónde había salido, ignoró el mal presentimiento que se enrosco en la boca de su estómago y se dirigió al cubículo de Prachaya, tenía que entregar las investigaciones de sus compañeros. Agradecía no tener que verlo, solo las dejaría con su secretaria "Nin" y se podría ir de la universidad por ese día.
Caminaba de una manera descuidada, pero determinada, inconsciente de todo lo que pasaría en aquella tarde; inconsciente de que ese día cambiaría el rumbo de su vida por completo.
Cuanto más se acercaba al cubículo del Profesor Prachaya, la sensación en su estomago aumentaba, pero por primera vez no le importo nada, al diablo con Singto y su perfecta prometida, que sean felices que él ya tenía un destino decidido.
Después de lo que pareció una larga caminata llegó a su destino, se extrañó de no ver a Nin, la asistente de Singto era todo menos ineficiente, por lo que se dispuso a esperar a la llegada de la mujer, sin embargo esta no aparecía, sacó nuevamente su teléfono para comprobar, llevaba cerca de diez minutos esperando, por lo que pensó en dejar las investigaciones y con una nota.
Pero ahí estaba su estupido sentido del deber, que no le permitía hacerlo, por lo que luchando contra su instinto que le indico alejarse lo más posible, tocó la puerta de aquel cubículo.
Un latido pasó, no se escuchaba nada, tocó una vez más y se acercó aún más a la puerta. – Profesor Prachaya ¿Se encuentra ahí? –
Una voz ronca le contestó al otro lado de la puerta – ¿Eres tu Kitt? –
Se quedó en blanco, no salía ninguna palabra de su boca, no recordaba que Sigto alguna vez lo hubiera llamado así, por lo que aún en estado de shock fue atraído hacia el cubículo. La puerta cerrando con seguro lo sacó de su ensoñación, cuando centró su mirada, la visión que recibió lo volvió a dejar en shock.
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💚💚Primero que nada muchas gracias por los votos y comentarios, de verdad que cada uno me inspira a seguir escribiendo. 🥺🙌
Casi no me gusta dejar notas en la historia, para que puedan disfrutarla sin interferencia. Pero en esta ocasión quisiera hacerles una pequeña pregunta. 🥺💚 ¿Les molestan las escenas de lemon?
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NOTRE DESTIN
FanficTRILOGÍA: SEGUNDO LIBRO ¿Crees en las parejas destinadas? Personas que nacieron para conocerse y amarse incondicionalmente. ¿Un hilo rojo irrompible, que une los corazones? ¿Un grito ahogado de dos almas deseosas de unirse? Completa basura, una...