Singto debía tener mucha experiencia, ni siquiera había notado el momento en el que fue despojado de su pantalón, ni mucho menos en el que este se había separado de él, para bajar.
Su pretencioso maestro estaba arrodillado frente a él, la intensidad de la mirada que le dio lo hizo soltar un suspiro mucho antes de que se acercara a su polla y lo tomara en su boca, alternando entre dar ligeras lamidas a su glande y tomarlo todo en su boca. Sus manos paseaban y apretaban los lugares correctos, separando sus muslos más de lo que creyó posible.
La humedad rodeándolo y el agarre potente de su profesor lo tenían al borde, delirante entre empujarse por más y solo quedarse quieto y esperar a que Prachaya le enseñara, después de todo, era su maestro y él estaba muy dispuesto a aprender.
Sus manos bajaron y se aferraron al cabello de su mayor, apretando y tirando del sedoso cabello, había algo tan excitante en sostenerlo así mientras Singto se comía su polla por completo.
Sin embargo la sensación no le duró mucho, pues tuvo que retirar sus manos de su sitio para colocarlas sobre su boca, estaba seguro de que si soltara otro pequeño grito de satisfacción podrían oírlo; de hecho, no estaba seguro de que no pudieran oír el chapoteo de la boca de Singto trabajando en él.
– Sing...to.. – dijo a través de sus dedos que intentaban frenar torpemente los sonidos que escapaban de sus labios. – Aún no precioso, hay algunas cosas más que hacer, antes de eso – Singto se levantó y pegó sus caderas contra las de Krist, sus pollas rozándose a través de los boxers de su mayor – Y quiero tener mi polla muy dentro de ti cuando te vengas – susurro antes de mordisquear su cuello – Quiero oírte decir mi nombre con tus bonitos labios mientras me entierro una y otra vez aquí. – Soltó mientras bajaba una de sus manos y acariciaba su entrada, estimulandola y burlándose de ella, presionando deliciosamente el punto entre ella y sus bolas.
– Así que retira tus perfectas manos de tu boca, quiero escucharte – dijo regresando a su tarea anterior, sin desperdiciar la oportunidad de atrapar uno de sus pequeños pezones y darle un tirón en el camino. Siguió besando el camino ignorando su polla esta vez.
– Por... favor... Sing – suplico el menor ante la falta de atención de su profesor. – Espera un poco dulzura, te voy a hacer algo mucho mejor.
Krist aun no procesaba la oración cuando Singto separó más sus muslos y hundió su rostro en el punto que antes era solo tocado por sus dedos. Dio una lamida experimental a su ajugero, mismo que se contrajo ante la nueva sensación.
Todo intento de protesta quedó acallado cuando su mayor aún más determinado forzó su lengua en su entrada, lamiendo los bordes y sorbiendo suavemente. – Si...ngto... más – Sus gemidos seguían saliendo mientras ayudaba a separar sus piernas aún más, sus manos volvieron a subir a su boca, estaba seguro de que de seguir así, media universidad podría enterarse de lo que estaba pasando en ese cubículo; sin embargo la idea lo excito más, la idea de que todos supieran que Singto lo estaba reclamando como suyo, y de la forma en la que estaba comiendo.
La lengua de Singto se sentía muy bien, sobretodo cuando lo succionaba y lo penetraba, pero a su entrada parecio no serle suficiente, no cuando se comenzaba a sentir más suelto y varios chorros de lubricante habían sido soltados por esta, no cuando Singto los bebía como si estuviera sediento e ignorará a su entrada pidiendo ser llenada por algo más, algo más duro a lo que aferrarse.
Intentó separar un poco a Sinto, pero a quién engañaba, la sensación era tan placentera que no quería dejar de sentirla. – Jo...der.
Como si su mayor leyera su mente comenzo a introducir un dedo en su agujero, al principio ardia, pero poco a poco comenzó a pasar, un chorro más de saliva mezclado con su lubricante había escurrido por el escritorio, joder cayo justo en una de las tareas de sus compañeros, sin embargo no pudo obligarse a que le importará más, no cuando Singto comenzó a tijerear con los dos dedos que ya tenía en su interior mientras succionaba la cabeza de su polla.

ESTÁS LEYENDO
NOTRE DESTIN
FanfictionTRILOGÍA: SEGUNDO LIBRO ¿Crees en las parejas destinadas? Personas que nacieron para conocerse y amarse incondicionalmente. ¿Un hilo rojo irrompible, que une los corazones? ¿Un grito ahogado de dos almas deseosas de unirse? Completa basura, una...