Stupid Cupid [Steve Harrington y tú]

Adiós mentiras

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Steve ya se había tardado mucho, empezaba a desesperarme, yo tenía el pan terminado desde hace varios minutos pero el chico simplemente no me daba señales de vida, con un suspiro me levanté del sillón de la sala y caminé hasta la cocina, sobre la mesa estaba el pan tapado con una cazuela que había colocado al revés con el fin de mantenerlo caliente, pero empezaba a sospechar que a estas alturas ya estaría frío, así que lo toqué con un dedo intentando averiguar si mi hipótesis era cierta, encontrándome con que todavía estaba tibio, aunque estaba segura de que no iba a mantenerse así por mucho tiempo.

Finalmente ví por la ventana de la cocina que su auto se estacionó frente a la casa, por lo que ahora fui a abrirle la puerta, una vez que lo hice lo ví cerrar la puerta del auto y avanzar hacia mí, nada fuera de lo normal hasta que ví una segunda persona bajar del vehículo, como ya estaba oscuro al principio no distinguí quién era, pero al final conseguí divisar la identidad del extraño, y realmente me sorprendió mucho descubrir que se trataba nada más y nada menos que de Oliver Campbell.

Ambos chicos se acercaron a la puerta, y una vez que estuvieron frente a mí me saludaron.

—Ya regresé linda.—Steve depositó un beso fugaz en mis labios.

—Hola _____.—Saludó el otro chico.

—Hola.—Le sonreí con cordialidad estando aún muy confundida, no había hablado con él desde lo de Joseph, y definitivamente no esperaba verlo nunca conviviendo con Steve, miré al castaño buscando una explicación de su parte y aparentemente él entendió lo que mi mirada expresaba.

—Oliver dice que Joseph está en problemas—Explicó, yo apreté los labios y lo miré con seriedad en señal de desacuerdo, no quería saber nada de Joseph—Lo sé, lo sé—Nuevamente adivinó lo que yo sentía—Yo tampoco estoy feliz con lo que hizo, pero Julie es la culpable de lo que le está pasando, y no podemos dejar que se siga saliendo con la suya, ella también necesita un escarmiento por todo lo que ha causado.—Me dijo, tenía razón, pero yo aún estaba muy molesta por lo que el chico había hecho y no estaba segura de querer ayudarlo, por lo que me quedé pensando un momento.

—_____, yo sé que lo que Joseph hizo fue demasiado ruin—Esta vez fue Oliver quien habló—Ni siquiera yo lo he perdonado, así que piénsalo bien, yo no me voy a enojar si no quieres ayudarlo, eres libre de decir que no, entenderé perfectamente si te niegas.

Me tardé un instante más en contestar, negarle mi ayuda a Joseph sería negársela a Oliver, y yo le debía una porque él intentó ayudarme con Steve cuando ni siquiera me conocía, además de que me caía bien y no quería verlo preocupado por su hermano, y sabía que Steve ya le había dicho que sí, entonces también a él le estaría negando mi ayuda.

—Bien—Me encogí de hombros—Pero no lo hago por él, lo hago por ustedes y para que Juliette deje de molestarnos a todos.

Los dejé pasar a la casa, Oliver preparó el chocolate que Steve había comprado mientras pensábamos en la manera de exponer las mentiras de la chica rubia, ya me habían explicado qué había inventado esta vez.

—¿Y ya hablaron con Matt Peterson?.—Pregunté.

—No, no tenemos idea de quién es, he estado preguntando con mis conocidos, pero nadie me ha podido decir dónde encontrarlo, a Joseph nadie le quiere dirigir la palabra así que tampoco ha tenido suerte y bueno, no puedo ir yo a pararme afuera de la escuela preguntando por él, la gente va a creer que soy un secuestrador.—Explicó el pelinegro, el castaño asintió dándole la razón a eso último.

—Y dices que Julie no está en casa...

—Eso nos dijeron sus vecinos hace unos días.—Contestó, yo suspiré y me dejé caer en la silla, la situación era complicada.