Stupid Cupid [Steve Harrington y tú]

Difícil pero no imposible

El taxi giró en una esquina y algunos metros más adelante alcancé a ver la casa de mis tíos, los Wheeler. Al observar que estaba muy próxima a llegar, saqué un par de billetes para pagarle su servicio al taxista, y estando frente a la casa, bajé del auto y el conductor me brindó su ayuda para bajar las maletas y llevarlas hasta la puerta, eran bastantes, pues me quedaría todo un año en aquella casa.

Mis tíos estarían fuera todo ese tiempo, porque a mi tío le habían ofrecido un puesto temporal muy bien pagado fuera de Hawkins y mi primo Mike se negaba a irse del pueblo y dejar de ver a sus amigos y principalmente a su novia, eran una parejilla muy acaramelada como casi todas las parejas adolescentes, en fin, sus padres sólo harían visitas ocasionales para no dejar del todo abandonado a su hijo que era un chico muy, pero muy inquieto, siempre se estaba metiendo en problemas, o al menos eso fue lo que dijeron mis tíos, ese era el motivo por el que no querían dejarlo completamente solo en ese tiempo, Nancy se iría a la universidad en un mes y después de eso también vendría a casa solamente de vez en cuando, pero me habían pedido que llegara antes de que ella se fuera, y a mí no me molestaba, Nancy era mi prima favorita, nos llevábamos muy bien aunque no nos viéramos con frecuencia.

Agradecí al taxista por su ayuda y además de su pago, le entregué una propina, pues las maletas realmente pesaban. Me agradeció de vuelta antes de regresar a su vehículo e irse, toqué la puerta y mientras esperaba a que me abrieran miré alrededor, todo se veía bastante distinto de como se veía la última vez que había visitado el pueblo, pero era de esperarse, habían pasado aproximadamente seis años.

El sonido de la puerta abrirse me hizo mirar en su dirección, en donde me encontré con un chiquillo de rulos castaños y una gran sonrisa, asumí que era amigo de Mike, pues se veían de la misma edad.

—¡Hola!—Saludé—Soy _____, prima de Mike.

—Ah, claro, yo soy Dustin—Se presentó—¡Mike llegó tu prima!—Anunció levantando un poco la voz, para que el mencionado pudiera escucharlo desde donde fuera que se encontraba—Él te está esperando.—Volvió a dirigirse a mí.

—Qué cordial.

—En realidad no, su madre dijo que no podía salir de la casa hasta que tú hubieras llegado, para que no te quedaras afuera porque aún no tienes llaves.

—Ah...—Musité. No me sorprendía, en los últimos días mi tía me había hablado mucho del comportamiento habitual de Mike, no le gustaba pasar mucho tiempo en casa.

Ví salir a los amigos de Mike del sótano de la casa, eran dos chicas y dos chicos además de Mike y de Dustin, mi primo venía detrás de todos y noté que su mano estaba entrelazada con la de la chica castaña, a quien le sonreía ampliamente y la miraba con ternura, al igual que ella a él, inconscientemente yo también sonreí un poco, recordando cuando mi primo era un pequeño niño que jugaba con dinosaurios de plástico, y ahora tenía una novia, me provocaba mucha nostalgia, ya que, reitero, aunque casi nunca veía a los Wheeler, les tenía mucho cariño.

Los niños venían hablando todos al mismo tiempo, provocando que mis intentos de entender qué decían fueran completamente inútiles, todos me miraron y pasaron de largo hasta la salida, excepto por Mike y su novia, que se detuvieron frente a mí. El pelinegro buscó algo en las bolsas de su pantalón mientras la chica me miraba con curiosidad, le sonreí y ella me devolvió el gesto con timidez.

—Aquí están—El chico sacó un juego de llaves y me lo dió—Mis padres dijeron que te las diera.—Aclaró y yo asentí, sin decir nada más empezó a caminar a la salida, iba a decir algo respecto a que ni siquiera me saludó pero elegí cerrar la boca antes de que las palabras salieran, así son los adolescentes.

—Qué buen anfitrión eres, Mike. Muy educado—Le dijo Dustin sarcásticamente, pero Wheeler ya había salido de la casa—Así es él, no creas que es personal, le urgía salirse, la película que veremos empieza en treinta minutos, si hubieras llegado diez minutos después, seguramente no te hubiera esperado.—Concluyó y yo reí, era muy probable.