CAPÍTULO DOS

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-¿Quieres volar más rápido Ray? No es mi culpa que te hayas pasado de bebidas anoche-


- ¡Oye! Da gracias que te estoy haciendo el honor de acompañarte a tu nuevo trabajo de niñera-


Sí, acepté el trabajo, no voy dejar a alguien morir sabiendo que puedo ayudarlo, va en contra de mis reglas:


No consumir tanto alcohol como Ray (alguien tiene que hacerle de mamá) Nunca, ni por la más remota equivocación, doblar, maltratar, arrancar, torturar, etc. ,etc. un libro (son sagrados)Ayudar a quien me necesite, claro, solo si son buenas intenciones.


Yo se que Ray no puede vivir sin mí, así que aunque está en desacuerdo con mi decisión aceptó acompañarme.


-¡Ni siquiera sabes si es un niño berrinchudo! ¿Qué tal que es un estafador o peor ¡un cerebrito!-


-O vamos, hay cerebritos muy guapos­-


-¡Exclamó la niñera!-


-Cierra ese hocico traga mujeres-


-Eres tan tierna a veces- dice mientras pestañea muy rápido, ese ángel es un rey del sarcasmo.


-No sabes ni como se llama, Kalia-


-¡No es como si me fuera a casar con él, ya cálmate de una condenada vez!-


- ¡Ya no me tendrás que escuchar hablar más de todas formas...ya llegamos!-


La pradera que estamos cruzando volando se encuentra desierta a excepción de un enorme palacio justo al final, detrás se alcanza a ver un gran bosque lleno de arboles de todos los tamaños y delante del enorme palacio, un precioso lago con las aguas tan cristalinas donde se puede contemplar el reflejo de uno mismo.


Nos detenemos a unos cuantos pasos alejados de las puertas, son inmensas, de madera tallada, tan intimidantes como hermosas con un tallado donde se aprecia en la parte de abajo como tres humanos reciben una estrella, con una docena de ángeles rodeándolos, mis respetos para el artista, ha logrado representar el brillo y el calor con tan solo un pedazo de madera, si lo que esta familia quiere es pasar desapercibida no lo están haciendo muy bien.


-Vaya- exclamó Raiyel


-Rel, tu...he... ¿en qué bando estás? - Tengo curiosidad, no es que eso vaya a cambiar algo en el punto de que es mi mejor amigo ni nada por el estilo, pero por el bien de ambos necesito saberlo.


-Creo que es obvio cariño, si no, no te estuviera acompañando, ¿crees que me arriesgaría a ser atravesado con una flecha nada más cruzar esa puerta? Si así lo crees vaya que tienes ego bebe- Una sonrisa aparece en mi cara, ay Raiyel aunque no lo admita en voz alta, te voy a extrañar mamón.


-¿Por qué no me dijiste nada de esto?-


A prueba de fuego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora