A prueba de fuego.

CAPÍTULO VEINTICINCO

Es de noche, salgo con gran dificultad por la ventana de la habitación que me asignó Joe, ¿que no podían hacer las ventanas más grandes? ¿Qué nunca pensaron que tal vez un día un ser alado quisiera pasar por ellas? No, claro que no, no tienen la suficiente imaginación para eso. Regreso a la casa que antes le perteneció a mis padres, como les dije en sus tumbas no me seguiría lamentando por lo que paso y lo que hago ahora no es eso, solo quiero recuperar algo muy valioso que me pertenece.

Las ventanas rotas de la casa me reciben con los vidrios abiertos, la puerta con un saludo silencioso y la madera que en su tiempo era brillante y hermosa con un crujido que hiela la sangre. Todo está patas arriba y quemado, las escaleras que dan al piso superior les falta un tramo, todos los libros están hechos cenizas, con clara razón me dan ganas de llorar, tanta sabiduría e historias que contar perdidas por la mente cerrada de la humanidad, la escalera, o lo que queda de ella amenaza con desmoronarse en cualquier momento. Me dispongo a subir hasta mi antigua habitación, así que extiendo mis alas y de un ligero empujón subo hasta la planta alta. Todo el pequeño viaje hacia arriba agacho la cabeza para no golpeármela con el techo. Aparte de las ventanas rotas y las paredes ligeramente quemadas los cuartos no tiene mucho daño, eso sí, casi todo esta esparcido en el suelo.

Entro en lo que antes era mi cuarto y encuentro lo que estoy buscando, mi libro favorito aún está en la mesita de noche como lo deje la última vez que lo leí. Lo tomo con tanta delicadeza, temiendo que se desmoronara entre mis dedos, se siente bien tener algo de tu propiedad, algo que creíste perdido para siempre, este libro fue un regalo de cumpleaños de parte de Sara y Trevor. "Mi luz", si desde entonces me gustan las novelas románticas, este libro se trata de una princesa y un gladiador que se enamorar, el rey acepta juntarlos en matrimonio pero el antes tendría que cumplir unas pruebas muy rigurosas y complicadas, el final es tan trágico que todas las veces que lo leí no pude evitar llora. Yo y mis historias penosas. Salgo de la casa con una sonrisa, aun pienso sobre el beso con Zeth, me detengo y me siento en el pasto crecido junto a la casa. Entonces decido darme un momento para reflexionar que hacer con todo esto, si decido estar con Zeth me arriesgaría a que el solo quiera algo pasajero, aunque la verdad no lo creo, de por si tiene muchos enemigos, si nos juntáramos, sus enemigos se volverían también los míos y los míos los suyos, además de que tengo toda una horda de demonios de tras mío, ¡por no decir a los ángeles!

Él solo tiene como enemigos a los demonios, los ángeles lo ven como uno de sus héroes, al igual que muchos humanos, estar conmigo solo dañaría su reputación y podría provocar revueltas y problemas con los ángeles, lo pondría a él también en doble riesgo, sin ningún partido el cual tomar ya que ambos estarían en su contra. No merece ser rechazado, aparte de que no se puede pelear si uno está preocupado por el otro, seria meter sentimientos en el trabajo y todos saben que eso está más que prohibido, también en los planes más macabros podríamos ser utilizados como rehenes u obligarnos a hacer algo que no queremos solo para salvar al otro. Y estar juntos significaría nuestra felicidad, pero ¿Cuánto duraría esto? Yo ya estoy acostumbrada a ser rechazada pero el no, ¿Cuánto soportara las miradas acusadoras? ¿Las miradas diciéndole que es un traidor? No lo pondré en esa situación, no puedo ser tan egoísta, esa es mi respuesta, lo mantendré lejos, o lo que esté permitido que yo me separe de él. Mejor que nadie sea consiente de mis sentimientos por él y si él tiene sentimientos por mi cortarlos de un tajo antes de que se vuelvan difíciles de ignorar, aunque eso signifique romper mi corazón como las ventanas de mi antigua casa, en miles de pequeños y suicidas pedazos. 

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¡Hola! Se que me tardé un poco en publicar pero la prepa me trae loca, ahorita subo otro capítulo con todo mi amor.

Quiero que entiendan a Kalia en su reflexión y se pongan en sus zapatos para que puedan entender todos los sentimientos confusos y las cosas que hace en los siguientes capítulos.

Como siempre perdonen las faltas de ortografía.

Con cariño, Dany