CAPÍTULO VEINTITRES

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Subo la colina cada vez con la respiración mas entrecortada, gracias a los cielos que tengo alas porque con las piernas ya estuviera muerta de insuficiencia cardiaca porque simplemente el ejercicio no es lo mío, lastima que no las puedo utilizar ahorita. Puedo verla incluso antes de terminar de subir.

Sus paredes que en otro tiempo fueron blancas ahora están manchadas por el descuido y la falta de atención , la entrada esta destruida con la puerta y las ventanas hechas pedazos, no se ni siquiera donde han enterrado sus cuerpos, si es que los han enterrado. Me dispongo a entrar por lo que queda de la puerta cuando las veo, dos lápidas a un lado de la casa; me acerco lentamente hasta quedar frente a ellas y poder leer las inscripciones gravadas sobre la piedra. "Trevor Yuslee" y en la otra "Sara Hafter de Yuslee" . Caigo de rodillas incapaz de hacer otra cosa, las lagrimas salen a borbotones de mis ojos, no las puedo contener porque cada vez que lo intento algún recuerdo interfiere en el camino.

Me quedo ahí, sin saber sin saber el paso del tiempo, sin que me importe nada ni nadie, comienza a atardecer , el sol baila sobre las lápidas como una forma de decir que ya es hora, tengo que decir adiós definitivo. Me pongo de pie y con la decisión corriendo por mis venas digo :

- Mamá, papá, nunca serán suficientes palabras para agradecerles todo lo que hicieron por mi hasta el ultimo momento de sus vidas, fueron el todo cuando yo no tenía nada y llenaron el vacío que se ha quedado cuando ustedes se marcharon, los amo y siempre lo haré, pero si quiero proteger a Zeth y a todos los que me importan no puedo seguir lamentándome ni sintiendo pena por mi misma, los llevare siempre en mi corazón, pero aquí y ahora les digo adiós. Donec mors nos iterum , hasta que la muerte nos vuelva a juntar- y así diciendo el ultimo adiós me alejo con el corazón y el alma más fuertes que nunca.

Entro en la casa preparándome para ver los destrozos cuando oigo gritos que no son humanos, volteo en dirección al pueblo, en el cual, de la nada, una casa se prende en llamas. No. Zeth.

Sin importarme ya si me reconocen o no me quito la capa dejando a la vista mis alas negras y mi traje de combate y levanto el vuelo, desde el cielo se observa como un grupo de neflims están invadiendo el pueblo, pero no solo ellos. Los demonios son fáciles de reconocer ya que, aunque su cuerpo parece humano sus ojos son completamente rojos si son secundarios y negros si son lideres, aparte de que emanan una gran energía la cual te hace sentir incomodo.

Aterrizo en medio del caos con personas pasando a mi lado corriendo despavoridamente, detrás de mi llegan corriendo Zeth , Bastiaan junto con Joe y los gemelos. Lila y el bebé debieron de haberse quedado en la casa.

Frente a mi hay un hombre con lentes de sol y los cabellos tan rojos que pudieron haber pasado por flamas prendidas sobre su cabeza , con solo levantar una mano los neflims se detuvieron y se posicionaron detrás de él, es un ejercito completo, demasiados como para vencerlos yo sola. El demonio se retira los lentes dejando ver sus ojos... negros. ¿No podían ser rojos verdad? Tenían que ser negros. Mi respiración se entrecorta por el pánico, no por mi, por Zeth, viene por él, estoy segura, además de que Bastiaan también está aquí y peleara, tengo que sacarlos a los dos rápido.

-Vaya, no  esperaba encontrarme con algo tan prometedor al llegar al pueblo, pero las cosas nunca pasan como uno lo planea ¿cierto?- volteo a ver a mis amigos y articulo con la boca "váyanse" y veo a Bastiaan con la suplica pegada en mis ojos. Él capta a la primera sabiendo que Zeth, el cual ya comenzaba a desvainar su espada, no se retiraría por nada del mundo aunque de eso dependiera su vida, con un rápido movimiento Bastiaan con el mango de su espada golpea a Zeth en la nuca provocando que se desmaye , pude ver en los ojos de Zeth, antes de ser noqueado, la decisión de enfrentarse en una batalla contra el demonio.

Bastiaan toma a Zeth y lo cuelga sobre su hombro , los gemelos los siguen, Joe se queda un momento más viéndome, asiento dándole a entender que esta bien que se fuera y siguió a los demás. Más tranquila centro mi atención en el demonio que tiene una sonrisa de burla pintada en el rostro. Me enfurezco.

-¿Que quieres?- hago que mi voz suene superior he intimidante aunque se que el no se va a encoger del miedo, es mas, su sonrisa crece.

-Una dividida- suelta una sonora carcajada- ¡solo contigo mujer gano la guerra! Yo vine por el niño Tellgs, ya sabes, todo ese asunto de que el es el único con el poder de liquidar completamente a los neflims, y pues los demonios no nos podemos dar el lujo de perder nuestro ejercito y menos ahora, pero... eso me ha dado una idea - sonríe macabramente- únete a mi y dejare al pueblo y al niño Tellgs en paz por ahora- ahora la que suelta una sonora carcajada soy yo, y tengo que admitir que mi parte demonio esta luchando por salir y acabar con este bastardo.

-Sigue soñando cariño, pero ten cuidado que en una de esas te caes de la cama- esboza una sonrisa grotesca- creí que ya sabían de mi existencia- recuerdo el mensaje de Raiyel.

-Sí, escuche un rumor pero la verdad es que no lo creí cierto, pero aquí estas, como dice el dicho "ver para creer"-

-¿cómo se enteraron?- ignora completamente mi pregunta cambiando de tema.

-Ya decía yo que no era normal que un ángel y un demonio desaparecieran de la nada para después ser encontrados muertos cerca de las montañas, sabes, se dice que los mataron los ángeles, a él pues claro por ser un demonio, y a ella por considerarla una traidora, pero nadie se esperaba que tuvieran una hija, todos, claro, estábamos enterados de su romance, el amor no es algo que se pueda ocultar y aunque no lo creas los demonios también tenemos nuestro corazoncito, pero pensar que fueron tan estúpidos- otra sonora carcajada, y de nuevo cambia de tema dejándome con un mundo de preguntas en la cabeza- se que no me conviene enfrentarme a ti, no soy estúpido, perdería a la mitad de mi ejercito, al igual que se que te podría vencer fácilmente por mayoría de número- estiro el brazo que sostiene la espada con la punta apuntando al corazón del demonio.

-¿Por qué no lo intentas?-

-No tiene caso, no hay nadie que pueda verte morir o mejor dicho, desaparecer, vendré por ti y hare que te unas a mi ejercito quieras o no y así juntos podremos conquistar el mundo-

-Eres un enfermo- suelta otra carcajada  y yo pongo cara de asco

-No, no, para nada, soy un demonio y mi nombre es Ebenon- habla como si fuera una chiquilla retrasada

-No lo pregunté-

- Solo para que sepas quien va a venir por ti y a matar al niño Tellgs- se vuelve a colocar sus lentes de sol y de su saco saca un cuerno el cual sopla haciendo que todos los neflims se retiren. Se quita un sombrero imaginario y me hace una reverencia.

-Hasta pronto- parpadeo y ... ya no esta, desapareció. Levanto el vuelo volteando a ver hacia todos lados  y nada, es cuando me percato que el atardecer se esfumó para darle paso a una noche fresca y estrellada. Es como si nunca hubiera estado aquí. Llego volando a la casa de Joe y entro antes de que más personas me vean y me tachen de demonio, de nuevo, porque estoy segura que al menos una ya lo hizo. Cierro la puerta y me recargo sobre ella dejando que mis alas se desparramen por toda esta hasta cubrirla por completo. Estoy en lo más profundo del poso y no veo manera de escalarlo.

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Muy emocionante ¿no?

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Los quiero mucho

Con cariño:; Dany

SIN EDITAR (PERDONEN FALTAS DE ORTOGRAFÍA)





A prueba de fuego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora