CAPÍTULO VEINTINUEVE

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Si alguna vez creí que el palacio de los Tellgs era grande, bueno, ahora me doy cuenta de mi error.

Frente a mi hay unas murallas que se extienden a ambos lados de mi cuerpo con enredaderas y no se alcanza a ver su final. Abren las puertas y nos dejan pasar a un enorme bosque, si, un bosque. En medio de los inmensos arboles, no tan frondosos, se extiende un camino de tierra lleno de todas las hojas naranjas, cafés y una que otra aun ligeramente verde, es un paisaje hermoso.  A los lados de este camino, bien firmes se encuentran faroles, en ellos crecen enredaderas con pequeñas flores moradas.

Me reúno con el resto de la familia que esta descendiendo de su respectivo carruaje y Hila toma mi mano.  Caminamos todo el sendero hasta llegar a las puertas de roble blanco, de estas sale un hombre vestido con las mejores modas del momento y nos recibe con una reverencia.

-Bienvenidos- después de esto nos muestra nuestras habitaciones, en el primer piso están las de la realeza, los reyes y la princesa, en el segundo piso se encuentran la del príncipe y la que me asignaron al igual que la de Zeth y Hila. En el tercer piso la de Alioth y Leander además de una biblioteca. Finalmente en el cuarto piso hay más habitaciones pero destinadas a distintas cosas , como por ejemplo, la sala de música y la de entrenamiento. Todo eso nos lo dijeron en el trayecto de la puerta a cada una de las habitaciones, ya que todo era gigantesco. Simplemente la planta baja era seis veces mayor a la casa de los Tellgs, en esta se encuentra la cocina, la sala de baile, el despacho del rey y una puerta a la biblioteca, ¡ya que es tan grande que abarca la planta baja y los primeros tres pisos! Juro estar en el paraíso.

Evito a Zeth todo el recorrido, todo este tiempo me estuvo lanzando miradas furtivas y de vez en cuando se pegaba demasiado, yo le decía a Hila "wow, mira eso" y salía corriendo con ella hacia la dirección contraria. Por fin llegamos nos dicen que nos preparáramos para cenar y que bajáramos al comedor en dos horas, dejo a Hila con su padre que le dice que le enviara a alguien que la ayude a cambiarse y yo me encierro en mi habitación. Me recargo en la puerta y me pongo a llorar.

Las lagrimas se desbordan de mis ojos y ya no puedo contenerlas, de por si había sido un martirio retenerlas todo este tiempo, una vez que salen ya no puedo parar.

Mi madre solía decir que cuando lloras es porque el sentimiento tan fuerte que llevas dentro ya no cabe y busca la manera de salir.

Yo solo ruego que salga todo y que ya no sienta nada, que me vuelva un monstruo sin sentimientos, al cual nadie pueda herir, que quede tan entumecida como para no poderme mover en días y mi cara quede tan mal que quede irreconocible.

Alguien llama a la puerta, me seco las lagrimas y voy a abrir. Hila. Mierda.

Sus ojos se abren tanto y su expresión, antes con una sonrisa cambia drásticamente a preocupación y enojo.


-¿Por qué lloras?- casi ,o grita, sin contar que la habitación de su hermano esta enfrente.


-Pasa- la hago entrar al cuarto y cierro la puerta, antes de subir aquí me preguntaba el porque de tan pocas habitaciones en los pisos de abajo, ahora me doy cuenta, una sola era tan grande que podrían caber veinte familias de a cuatro personas y sobrar espacio.


-Es por mi hermano, ¿verdad?- me saca de mis meditaciones, wow, me esperaba muchas cosas de Hila, pero no que fuera tan directa y menos que lo supiera.


-¿Po-o-or qu-e lo di-ices?- rayos tartamudee. Alza sus manitas y toma mi mano obligándome a hincarme para estar a su altura.

-Kalia, yo te quiero, y me gustaría que estés con mi hermano, pero aunque parezca pequeña, soy muy inteligente, debe de ser por el gen de la familia, ya sabes los hombres sacan la fuerza física y las mujeres la mental- ¡lo sabia! - se que no le permites estar a Zeth contigo, yo respeto lo que tu quieras, pero eso es lo malo, no es lo que tu quieres, es lo que se te metió en la cabeza, es tu medio de salvarlo, es una decisión, pero Kalia, estas mal, pase lo que pase, en el futuro, se desarrollara con o sin Zeth y tú juntos, entonces... ¿por que separarse si se aman? La cosas que quieran atacar a mi hermano o a ti lo harán sin si quiera pensar si están juntos o no.

- Tu bien sabes que por eso nos pueden secuestrar o tener como rehenes solo para conseguir al otro Hila-

-Ese es un riego que se corre en cualquier familia y en cualquier relación, puede que alguien deba mucho dinero y para presionarlo rapten a su esposa

-¿Cómo es que parece que maduraste tanto en tan solo unos meses?

-Te dije, maduro rápido, mi padre dice que para ser una niña de diez tengo la capacidad mental de una de doce, siempre a sido así en mi familia- se encoje de hombros.

Me quedo boquiabierta, con su corta edad me ha dado el discurso más intenso de toda mi vida.

-Gracias Hila, lo voy a pensar- seguro ya tengo una respuesta la cosa es encontrarla en el desastre de mi cabeza. Me abraza.

-Ahora sí, ¿nos ponemos listas para la cena?- sonrío, esta niña si que esta llena de sorpresas. Me seco las lagrimas que se derramaron durante su discurso para abrir la maleta y sacar el hermoso vestido.

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Lamento haber tardado tanto...

Gracias por seguir leyendo

Los quiero, Dany.







A prueba de fuego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora